Empezó el viaje en 2018 durante unos días libres y no ha sido hasta este 2022 cuando ha podido culminar su reto
Con la llegada del buen tiempo son muchas las personas que se proponen vivir la gran aventura del Camino de Santiago, una experiencia única que supone todo un reto.
Cada peregrino arranca su ruta desde donde de Andrés Damián, un vecino de Medina Sidonia (Cádiz) se lo ha tomado al dedillo y en el año 2018 empezó la aventura desde «el sur del sur».
Así, el asidonense se aventuró hacer el Camino a pie desde la localidad de Tarifa sin esperar que llegaría una pandemia que le obligaría a tardar cuatro años en completar la aventura ya que nos cuenta que “en 2018 hice en 8 días el trayecto entre Tarifa y Sevilla, que no está bien señalizado. Como sólo le he podido dedicar mis días libres tuve que dejarlo en Sevilla y lo retomé en 2019 con otro tramo hasta Zamora. Sin embargo, luego vino la pandemia y no ha sido hasta este 2022 cuando al fin he podido completarlo”.
Han sido unos 56 días para poder este hito que se marcó en 2018 y recorrer esos casi 1.600 kilómetros que le han llevado no sólo a Santiago, sino también a otras dos etapas extra como Fisterra y Muxia: “desde pequeño he tenido una relación estrecha con el deporte y con la naturaleza. Esta es mi mejor marca y me siento muy bien porque he podido ver muchos pueblos, aldeas y, aunque sabía que España era bonita, es mucho más de lo que creía”.
Al partir desde Tarifa son muchos los lugares por los que Andrés ha pasado en su recorrido y varias las personas que ha tenido ocasión de conocer, lo que le ha dejado un sin fin de anécdotas: “conocí a un chico de EEUU que llevaba una guitarra pequeña y, aunque le insistía mucho, nunca nos cantaba nada. Sin embargo, cuando llegamos a Zafra, a un monasterio, de repente empezó a cantar una canción para un amigo que había fallecido de cáncer y fue un momento muy emotivo porque nos echamos a llorar”.
Además, este vecino de Medina ha querido destacar la “gran amabilidad” que han tenido las personas con las que se ha ido cruzando en el camino hasta llegar a su meta ya que “en una ocasión una señora, Josefita, incluso me dejó la casa de su hijo para que pudiera quedarme allí porque llegue a Trajano lesionado. No sólo me atendió y me dejó la casa, sino que también me dio de comer”.
Hace unos días Andrés al fin llegó a su destino y completó las etapas para hacerse con su Compostelana y tras descansar unos días en casa ya está pensando en la próxima vez que tendrá ocasión de hacer este Camino de Santiago, aunque esta vez espera poder hacerlo acompañado