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Vie. Nov 22nd, 2024

Un estudio de la Diputación revela la pluralidad y diversidad de las asociaciones de mujeres que hay en la provincia

La mayoría está en las comarcas de la Bahía y Campiña de Jerez, tiene más de 20 años de antigüedad y está formada por mujeres de más de 35 años

La Diputación de Cádiz acaba de presentar las conclusiones de un estudio sobre las asociaciones de mujeres de la provincia. El objetivo de esta investigación, tal y como ha explicado la responsable del Área de Igualdad, Carmen Collado, es disponer de un diagnóstico actualizado de la situación de estas entidades y, a partir de ahí, revisar y redefinir las estrategias de actuación de la administración provincial respecto al movimiento asociativo de las mujeres gaditanas. El documento se ha dado a conocer durante la jornada ‘Conectadas y en Acción’, celebrada en el Campus de Excelencia Profesional de la Diputación ‘El Madrugador’. Revela información interesante sobre el número de asociaciones y federaciones existentes, el perfil de las usuarias y áreas fundamentales de actuación, así como las principales dificultades, retos y necesidades que tienen las asociaciones de mujeres en la provincia.

La principal conclusión alcanzada en esta investigación pone de manifiesto la pluralidad y diversidad del movimiento asociativo, compuesto por un conjunto de entidades muy diferentes entre sí, con distintos tipos de objetivos y varios grados de implicación de la agenda feminista. No se puede hablar, por tanto, de un movimiento consolidado, aunque se han detectado núcleos comarcales con un mayor grado de cohesión y más capacidad de reivindicación sociopolítica. Así, de las 113 asociaciones y federaciones contactadas, el 28 por ciento se encuentra en la comarca de la Campiña de Jerez y el 24 por ciento en la de la Bahía de Cádiz. Por número de entidades, les siguen las comarcas de la Sierra de Cádiz (16 por ciento), La Janda y Campo de Gibraltar (ambas con el 12 por ciento) y la Costa Noroeste (8 por ciento). En estas últimas, marcadas por la ruralidad, se han identificado dificultades como las posibilidades reales de desplazamiento, que suponen un obstáculo para el desarrollo de un movimiento asociativo cohesionado, más allá de los núcleos poblacionales donde tienen su sede las asociaciones, refleja el informe.

A pesar de la diversidad detectada, estas asociaciones comparten una serie de características como que, en su mayoría, tienen más de 20 años de antigüedad, son de pequeño tamaño (la mitad tiene a menos de 50 personas asociadas) y el 95 de todas las asociadas en la provincia tiene más de 35 años. Según el estudio, estos datos pueden ayudar a comprender por qué se trata de un colectivo más envejecido, que concentra sus acciones en actividades de tipo sociocultural (como talleres de manualidades, excursiones y encuentros de convivencia): sea por los lugares donde viven o por el momento en que fueron constituidas, la división sexual del trabajo se encuentra muy marcada. No obstante, se ha observado que buena parte del movimiento asociativo se encuentra en un proceso de reflexión sobre la necesidad de actualizar sus objetivos, ampliando horizontes e incorporando nuevas fórmulas que acerquen las asociaciones de mujeres a las actuales demandas y, sobre todo, propicien un relevo generacional mediante la implicación de mujeres jóvenes.

En cuanto al ámbito de actuación, la mayor parte de las asociaciones (39 por ciento) realiza sus acciones a nivel local dirigidas a la ciudadanía o a las mujeres en general. Entre las áreas de actuación prioritarias, el 45 por ciento tiene en el feminismo su razón de ser. El resto se centran en el ocio (35’4 por ciento), la salud (31 por ciento), la violencia de género (30,1 por ciento), la educación (26,5 por ciento), empleo (18’6 por ciento), el arte y la cultura (17,7 por ciento) y el deporte (15 por ciento). Muy de lejos, teniendo en cuenta los porcentajes, se encuentran las dedicadas a abordar temáticas como derechos humanos, inmigración, minorías étnicas, diversidad funcional, prostitución y trata, medioambiente y desarrollo rural. Estos datos revelan que entre las asociaciones de mujeres de la provincia existe un volumen importante de entidades, normalmente de larga trayectoria, que no necesariamente se autodefinen como feministas y en las que la reunión, el encuentro y el apoyo mutuo ocupa un lugar preponderante. Además, según se ha comprobado en los grupos de discusión, existen asociaciones que, sin manifestar un rechazo frontal, no se identifican como feministas, aunque de forma práctica persigan objetivos afines al movimiento. Otra parte de ellas rechazan manifiestamente ser reconocidas de esta forma. También se ha comprobado que la pertenencia a una entidad federada influye notablemente en que se desarrolle un movimiento asociativo más cohesionado y con mayor conciencia feminista.

Por otro lado, se ha detectado que la gran mayoría de las asociaciones tienen dificultades para garantizar los recursos físicos y materiales, económicos y humanos que requiere el mantenimiento de toda estructura organizativa. De hecho, indica el estudio, suele ser común depender del trabajo voluntario de las propias socias o de la junta directiva para su funcionamiento (con el matiz de que en muchos casos se trata de un voluntariado no cualificado); otras carecen de un local de reunión propio y buena parte de los recursos materiales con los que cuentan son propiedad de las socias que los ponen a disposición de la asociación.

Además de para hacer un perfil de las asociaciones de mujeres de la provincia, el estudio ha servido para recopilar propuestas para mejorar su participación y capacidad de incidencia en el ámbito público. La principal sugerencia es la creación y fortalecimiento de los canales formales de participación, especialmente los Consejos Locales de Mujeres, en aquellas localidades en las que no se dispone de ellos, de forma que se garantice una escucha activa y proactiva. También proponen la creación de una figura de intermediación entre la administración pública y estas entidades que permita un acercamiento más personalizado; facilitar el acceso a los recursos -principalmente el acceso a locales y subvenciones-, flexibilizando y adaptando los procedimientos administrativos; adaptar los horarios de los eventos y reuniones entre el movimiento asociativo y las instituciones públicas, de forma que se posibilite la participación real de las mujeres en función de sus diversas responsabilidades en el ámbito familiar y laboral; facilitar el trabajo en red de las distintas asociaciones de mujeres a nivel provincial, a través de encuentros o reuniones de trabajo, canales de difusión y listados de contactos; y la creación de un consejo de mujeres a nivel comarcal que permita un mayor conocimiento, acercamiento mutuo y colaboración entre las asociaciones de mujeres de un mismo territorio, dando a su vez una mejor articulación al Consejo Provincial de Igualdad.

Además de la presentación del diagnóstico, durante la jornada se ha celebrado una ponencia de Virginia Piña sobre la ‘Participación de las mujeres en el movimiento asociativo andaluz’ y una mesa redonda formada por representantes de asociaciones de mujeres. El evento ha terminado con la narración teatralizada de ‘El bosque rojo’, a cargo de Cadigenia. Esta empresa resultó adjudicataria del contrato de asistencia técnica para realizar este estudio.

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