Tras la restauración que está realizando Aguas de Cádiz, se protegerá y se pondrá en valor esta emblemática fuente que forma parte del patrimonio histórico y sentimental de la ciudad
La restauración de la escultura de Los Niños del Paraguas que está llevando a cabo Aguas de Cádiz está dando resultados muy interesantes al profundizar en la historia y en el misterio que encierra esta obra tan presente en el recuerdo sentimental de los gaditanos durante generaciones.
Si
bien hasta ahora no se conocía el autor de la obra, un estudio
histórico encargado por la empresa municipal ha descubierto que el autor
de esta pieza escultórica es el artista milanés Andrea Boni,escultor y ceramista, nacido en 1815, que adquirió gran prestigio en el siglo XIX por sus trabajos en terracota.
Además,
se ha sabido que existen reproducciones casi idénticas en Estados
Unidos -en la Universidad de Illinois- y en Francia y se ha conseguido
una postal de la Exposición Universal de 1878 de Paris que reproduce,
casi con total seguridad, este conjunto escultórico que la familia
gaditana Aramburu compró y trajo a Cádiz.
El presidente de Aguas de Cádiz y concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Álvaro de la Fuente, ha anunciado en rueda de prensa que, dado el valor cultural, patrimonial e incluso sentimental de la escultura, se ha decidido catalogarla y protegerla con lo que, una vez que concluya la restauración, se ubicará en otro lugar a salvo de las inclemencias del tiempo o de posibles actos vandálicos para lo que se están estudiando varios lugares.
En
su lugar, en el Parque Genovés se colocará una reproducción idéntica
que iría, además, en el vaso de mármol original en el que fue instalada
la fuente a principios del siglo XX y que se ha identificado y
localizado en otro punto del Parque Genovés.
El
historiador encargado de realizar la ficha técnica de la escultura,
Lorenzo Alonso de la Sierra, ha explicado que Andrea Boni adquirió gran
fama por sus trabajos en terracota de carácter ornamental que marcaron
una época en la arquitectura milanesa del ochocientos. Sus obras
decoraron grandes palacios y destacó su colaboración en la Galleria
Vittorio Enmanuelle de Milán.
La pieza representa a Pablo y Virginia, protagonistas de la famosa novela de Jacques-Henri Bernardin de 1788. Esta obra, con final trágico, goza de gran popularidad en Francia y el tema de la infancia de los protagonistas, que representan el amor puro de la niñez, es el favorito para las esculturas.
El
doctor en Historia considera que se trata de una pieza patrimonial de
alto interés para la ciudad, reflejo del cosmopolitismo de su sociedad y
objeto de especial estima para sus habitantes por lo que su
recuperación contribuye a la puesta en valor de nuestra memoria
histórica y nuestro patrimonio.
La
escultura fue retirada del Parque Genovés en diciembre y trasladada al
taller en donde los restauradores Pilar Morillo y Álvaro Domínguez están
trabajando para devolverle su imagen original. En la rueda de prensa,
Pilar Morillo ha destacado el gran valor artístico de la pieza y ha
explicado el proceso de restauración que están llevando a cabo en el que
están eliminando las capas de pintura que dañaban la pieza y ocultaban
los detalles artísticos de la obra. Además, están reponiendo las partes
dañadas de una escultura que ha sufrido un gran deterioro al estar
expuesta a la intemperie por lo que también considera que, una vez
restaurada debería ser preservada.
Por último, Álvaro de la Fuente ha destacado que la recuperación y puesta en valor de la escultura la está llevando a cabo Aguas de Cádiz gracias a la gestión económica que viene desarrollando la empresa municipal en los últimos tiempos y que le ha permitido destinar recursos a mejorar el patrimonio histórico y cultural de Cádiz relacionado con el agua. Sirva también como ejemplo la recuperación de la iluminación de colores de la fuente de la Plaza de Sevilla, obra del ingeniero Carles Buïgas, autor de la famosa Fuente de Montjuic.