El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, y ese día supone una oportunidad para conocer mejor las enfermedades cardiovasculares, su prevención y tratamiento.
Las patologías relacionadas con el corazón son, desafortunadamente, las que presentan un mayor índice de fallecimientos, pudiendo contabilizarse en más de 17 millones de personas al año. Una de esas dolencias es la arritmia cardíaca, problemas del ritmo del corazón que ocurren cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos no funcionan adecuadamente, lo que hace que el corazón lata demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular.
Un equipo de trabajo del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERCV), Hospital Gregorio Marañón de Madrid y la Universitat Politécnica de Valéncia, encabezado por el investigador Andreu Climent, ha desarrollado un nuevo sistema de mapeo no-invasivo de arritmias cardíacas, Corify, que ayudará a los profesionales a la hora de realizar el tratamiento de la zona afectada mediante un catéter, y permitiendo la reducción de costes y de la duración de la intervención.
FIPSE apostó por este proyecto en 2016 y le concedió una ayuda para su financiación, dentro de la convocatoria de Estudios de Viabilidad. Dos años más tarde la empresa se encuentra en fase de constitución, siendo una realidad en las próximas semanas, y se procederá en un corto periodo de tiempo a la certificación de esta iniciativa que permitirá salvar muchas vidas.
Este nuevo sistema aumenta de manera significativa la eficiencia de la operación gracias a la generación de un mapeo de la actividad cardíaca de ambas aurículas en tiempo real a partir de la combinación de información obtenida mediante un mapeo no-invasivo y registros intracavitatorios.
Gracias a la herramienta, se pueden detectar patrones de la actividad cardíaca irregulares, como sucede por ejemplo en el caso de la fibrilación auricular. Además, permite obtener información sin necesidad de realizar pruebas de imagen como la resonancia o el TAC, que encarecen y dificultan la extensión de este tratamiento a más pacientes.
El proyecto Corify ha conseguido pasar a la fase de validación clínica y cuenta con varios prototipos funcionales desarrollados que se están utilizando en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. La Agencia Española del Medicamento ha aprobado el estudio Stratify-AF en el cual se realizará la validación clínica del proyecto.
A finales de este mes de octubre también verá la luz una nueva convocatoria de FIPSE para obtener Ayudas que permitan financiar Estudios de Viabilidad. Desde 2014, la Fundación apoya económicamente de forma anual los mejores proyectos de investigación y asistenciales en el sector salud. Hasta la fecha, más de 80 proyectos han recibido una cuantía que alcanza en total los 2 millones de euros. Gracias a la labor de FIPSE, numerosos proyectos de innovación en salud encuentran la posibilidad de desarrollar productos, servicios y soluciones que permiten optimizar los sistemas sanitarios y la calidad de vida de los ciudadanos.