El programa BAM IS se pondrá en marcha a finales de 2022, por lo que los talleres pasarán todo el año “en blanco”, a la espera del inicio del corte de acero
La sección sindical de CSIF en Navantia Puerto Real quiere mostrar su descontento ante los cambios organizativos que la empresa ha establecido para el astillero puertorrealeño. Según esta nueva organización, la Unidad de Negocio se encuentra encajada en el modelo de construcción de subestaciones y estructuras offshore de energía eólica. Esta modalidad de contratos siempre ha sido deseada por toda la plantilla, por la innovación que representa y por las expectativas de futuro que tiene el sector, sin embargo, para CSIF, aleja a la factoría de la identidad que ha tenido desde hace más de un siglo como constructor de barcos.
Este descontento llevó a CSIF, así como al resto del comité de empresa, junto a la plantilla y a las empresas auxiliares, a manifestarse por el exterior del recinto del astillero de Puerto Real el pasado jueves.
El programa BAM IS, tan anhelado por los trabajadores y asegurado en el Plan industrial de Navantia 2018-2022, supone una continuidad en la capacidad constructiva de buques militares y civiles que tiene el astillero, pero apenas ocupa las capacidades disponibles en el astillero. De hecho, Navantia Puerto Real está preparada para grandes construcciones navales que la dirección sigue obviando en sus labores comerciales y de búsqueda de nuevos contratos. Este programa tiene previsto el inicio del corte de acero a finales del 2022, “por lo que el próximo año los talleres lo pasarán en blanco por la imprevisión de la Dirección”, señalan desde la sección sindical de CSIF.
En el mencionado Plan Industrial se acordaba la construcción en Puerto Real de dos buques de transporte logístico para el Ejército de Tierra que ya han quedado aparcados definitivamente y ni siquiera se mencionan en los presupuestos del Gobierno, al haber optado por el alquiler y adecuación de viejos buques ya operativos que solo cubren las necesidades parcialmente. Este plan ha acabado repartiendo de forma desequilibrada la carga de trabajo en la empresa, penalizando a Puerto Real frente a otros centros que tienen una actividad estable para los próximos años y que cuatriplican la inversión recibida frente a la asignada al astillero puertorrealeño.
La sección sindical de CSIF manifiesta su determinación en seguir impulsando la construcción de buques en el astillero. Para ello, “es determinante no solo la labor comercial adecuada, sino la apuesta clara, directa e inmediata de la SEPI y la dirección en acometer las inversiones y modernización de sistemas productivos que la factoría tanto necesita para asegurar la calidad y los plazos de los proyectos”.
Desde esta sección sindical “no se descarta incluso reclamar la distribución de las producciones ya existentes, de la misma forma que en años anteriores, cuando uno de los nuevos BAM de la Armada fue asignado a Ferrol ante su situación de baja carga de trabajo”.
CSIF considera que la plantilla de la factoría está muy preocupada por su futuro y corresponde a la dirección dar los pasos necesarios para disipar cualquier duda que pueda llevar al astillero a perder su identidad y su capacidad, ya que miles de familias, incluyendo la industria auxiliar, dependen de ello en una zona muy castigada por el reciente cierre de plantas como las de Airbus o Visteon.