La propuesta fue aprobada antes de verano en Consejo de Dirección y en noviembre por el Consejo de Gobierno. Hoy han aprobado el informe de gestión del rector y el PEUCA3, presentadas las memorias de la Defensoría Universitaria y de la Inspección General de Servicios y el informe de Auditoría Interna
La Universidad de Cádiz ha celebrado hoy el Claustro ordinario de diciembre donde, entre otros asuntos, ha sido aprobado el Informe de Gestión del Rector de 2021 (con 114 votos favorables, 3 contra y 9 en blanco) y el documento del tercer Plan Estratégico de la UCA (PEUCA3), que ha sido objeto de trabajo y debate por parte de la comunidad universitaria a lo largo de los últimos meses. Igualmente, se han presentado las memorias de actividades de la Defensoría Universitaria y de la Inspección General de Servicios de la UCA correspondientes al curso 2020/21 y el informe de auditoría interna. Además, se ha procedido a la aprobación de la investidura de Almudena Grandes y Laura Lechuga como doctoras Honoris Causa de la UCA.
Como es habitual en el último claustro ordinario de cada año, la gerente de la UCA ha tenido ocasión también de exponer la auditoría financiera externa de las cuentas anuales del ejercicio 2020 y de avanzar las líneas generales de los presupuestos de la institución para 2022 que, siguiendo su habitual proceso de tramitación, fueron aprobados el viernes 17 por parte del Consejo de Gobierno y este lunes 20 de diciembre en el pleno del Consejo Social.
Tras la presentación de la propuesta antes del verano en Consejo de Dirección y la aprobación de la misma por parte del Consejo de Gobierno de la Universidad de Cádiz el pasado 2 de noviembre, el Claustro de la UCA ha aprobado hoy la investidura como doctoras Honoris Causa de la escritora Almudena Grandes (recientemente fallecida) y de la científica Laura Lechuga (egresada de la Universidad de Cádiz).
En el caso de la escritora madrileña, ha sido aprobada su investidura “por la indiscutible calidad de su obra literaria, por el alegato que hace de ella para poner voz con su palabra a las historias impactantes de hombres y mujeres de nuestro tiempo, por su compromiso social y su firmeza para no esquivar en sus libros y artículos los grandes debates de nuestro país y por su confesado y demostrado amor por la provincia de Cádiz”.
Por otra parte, la UCA ha valorado “el alcance y la relevancia internacional de la brillantísima carrera científica de Laura Lechuga, cuyo inicio fueron las aulas de nuestra Facultad de Ciencias en donde se formó como química”, y ha aprobado su investidura como doctora Honoris Causa “por su compromiso por la transferencia y el desarrollo de tecnologías y patentes para dotar de utilidad clínica y social la relevancia de sus investigaciones y hallazgos, por ser un símbolo de la ejemplaridad de la comunidad científica durante la pandemia y un espejo donde mirarse las niños y, sobre todo, niñas de Andalucía”.
Almudena Grandes Hernández (Madrid, 1960-2021) es una de las escritoras españolas más leídas, reconocidas, premiadas y cuyas obras han sido editadas y traducidas a distintos idiomas y distribuidas por numerosos países. Muchas de ellas, están inspiradas y escritas desde Cádiz, provincia en donde ha pasado largas temporadas, que se convirtió desde hace décadas en su refugio y en su fortaleza para pensar, escribir y componer el maravilloso universo de una literatura a ras de suelo, comprometida, profundamente realista y defensora de la causa de la justicia social.
Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, su verdadera vocación desde siempre fue la literatura. Aunque le esperaba un brillante futuro como escritora, dio sus primeros pasos escribiendo textos para enciclopedias, sin pensar que, con el tiempo, sería ella la que, como escritora de referencia, acabaría apareciendo entre sus entradas.
Sin embargo, pronto irrumpiría en el mundo de los libros con una primera obra que le catapultaría a la fama: Las edades de Lulú (1989). Desde entonces, fue hacedora de una extensa y reconocida obra literaria, bendecida por miles de lectores y reconocida por un amplio listado de premios y distinciones que sintetizan la magnitud, el calado y la calidad de su bibliografía. Entre ellos, Premio Julián Besteiro de las Artes y de las Letras 2002, Premio Cálamo 2002 y Premio Crisol 2003 por Los aire difíciles; Premio Fundación José Manuel Lara en 2008 por El corazón helado; Premio de la Crítica de Madrid por Inés y la alegría (obra con la que conseguiría también ese mismo año el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska); Premio Nacional de Narrativa en 2018 otorgado por el Ministerio de Cultura de España por Los pacientes del doctor García (libro con el que ganaría en 2020 el Premio Jean-Monnet de Literatura).
En suma, Almudena Grandes es autora de un universo literario, complejo y comprometido. Una enorme producción literaria que no rehúye la realidad, sino que la cuenta de forma ágil con una brillante minuciosidad a través de la vida de personajes muy anclados a su tiempo, en donde encuentra el señuelo para describir realidades especialmente cosidas a la memoria de las últimas generaciones de españoles. De este modo, ha tejido un relato necesario y sobrecogedor, lleno de sutilezas y de un hondo compromiso social, para luchar contra el olvido desde la literatura.
Articulista de reconocido prestigio y colaboradora en distintos medios de comunicación que les han brindado una privilegiada tribuna para, desde esta atalaya mediática, describir sin complejos y con un elevado compromiso social, su visión de la sociedad actual, la autora es una de las grandes firmas de la literatura en español de las últimas décadas. Sus libros constituyen un magnífico escaparate donde observar la evolución de nuestro país mediante un esmerado trabajo de inmersión histórico, una privilegiada técnica para la introspección psicológica de sus personajes y una forma proverbial para mostrar la vida cotidiana de sus protagonistas, cuyas historias son una brillante exposición de la realidad, sin complejos, sin ambages y sin ese reclamo a la edulcoración literaria como fácil recurso con que escapar de los problemas.
Premio de Periodismo Internacional 2020 del Club Internacional de Prensa por su repercusión en la defensa de los valores humanos y doctora Honoris Causa por la Universidad de Educación a Distancia (UNED), Almudena Grandes es autora de una amplia y reconocida obra literaria que la ha encumbrado entre los escritores más relevantes en lengua castellana en nuestro tiempo.
Laura M. Lechuga Gómez (Sevilla, 1962) es una química española de referencia internacional. Formada en la Universidad de Cádiz, en donde estudió la licenciatura de Química, cuenta con una relevante trayectoria científica. Su brillante currículo es una muestra clara de cómo una mujer andaluza puede liderar equipos de investigación, abrirse camino en el universo de la ciencia y alcanzar un reconocimiento nacional e internacional. Por ello, en 2017, es incluida en el AcademiaNet, el portal de las mujeres académicas excelentes.
En la actualidad, es profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España. Líder del grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) en Barcelona, ha sido también directora del Departamento de Sensores y Biosensores del Instituto de Microelectrónica de Madrid. Ha compaginado la excelencia de sus investigaciones con su necesaria utilidad social. Durante la pandemia ocasionada con motivo de la COVID-19, ha desarrollado un biosensor óptico simple, de bajo costo y rápido para facilitar la detección del virus.
La importancia y alcance de sus trabajos científicos le han hecho merecedora de numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera. En 2014, fue elegida miembro de la Sociedad Óptica Estadounidense. Dos años más tarde (2016), recibe el Premio de Física, Innovación y Tecnología de la Real Sociedad Española de Física (RSEF) y el BBVA. En 2020, recibe el Premio Ada Byron a la mujer tecnóloga, así como el Premio Rey Jaime I a las Nuevas Tecnologías y el Premio Nacional de Investigación Juan de la Cierva.
Autora de más de 270 publicaciones científicas en revistas de elevado impacto, sus trabajos han contado con la solidez de un desarrollo tecnológico posterior y de una necesaria aplicación que ha permitido generar hasta ocho familias de patentes. En este contexto, es cofundadora de las empresas spin-off SENSIA, S.L. y BIOD, S.L. Ha participado en más de 80 proyectos de investigación, mayoritariamente internacionales. Su trayectoria se caracteriza, además, por disponer de un gran compromiso con la divulgación para que los avances de la ciencia sean más conocidos en la sociedad y para alentar en los más jóvenes más vocaciones científicas.
Su formidable trayectoria científica se alumbró con sus estudios en nuestra Universidad. Tras obtener el título de licenciada en la Universidad de Cádiz, Laura M. Lechuga completa su investigación doctoral en el Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC. Unos trabajos que desembocaron con éxito en su tesis doctoral sobre “III-V semiconductor Schottky diodes for gas sensing and biosensing”. Tras conseguir el grado de doctora, realiza una estancia postdoctoral de dos años en el Instituto de Nanotecnología MESA de la Universidad de Twente (Países Bajos), regresando con posterioridad a España para incorporarse al Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC en Madrid, en donde desarrolló una excelente carrera profesional desde 1995, siendo nombrada en 2002 jefa del Departamento de Sensores y Biosensores.
Tres años más tarde, en 2008, comienzan sus trabajos en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2). En este tiempo es cuando lidera el grupo en el Networking Biomedical Research Center (CIBER). En 2012, es nombrada profesora adjunta en la Universidad de Tromso en Noruega y, un año más tarde, profesora visitante distinguida en la Facultad de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación de la Universidad Estatal de Campinal en Brasil
Sus trabajos y hallazgos han destacado internacionalmente por el desarrollo de biosensores basados en nanoplasmónica y fotónica de silicio que pueden ser integrados en una plataforma “lab-on-a-chip”. En este terreno, ha desarrollado diferentes tipos de sensores, incluyendo: biosensores fotónicos, interferómetros Mach-Zehnder, sensores opto-nano-mecánicos y sensores magnetoplasmónicos.
Más allá de los avances de sus investigaciones en el ámbito de la química, el objetivo de sus trabajos ha sido la aplicación de este tipo de sensores en entornos clínicos para el diagnóstico de cáncer y otras enfermedades, así como para la vigilancia del medioambiente.
En 2018, desarrolla un dispositivo de punto de atención basado en la interferometría para la cuantificación rápida y sensible de Escherichia coli. Contenía microarreglos impresos en sustratos nanoplasmónicos de alto rendimiento e incluso podía ser realizado por personal no experto.
Durante la pandemia, Lechuga ha trabajado en el desarrollo de un biosensor de detección de COVID-19 simple, de bajo costo y rápido. Su propuesta surgió de un plan de subvenciones rápidas que la Comisión Europea estableció a finales de enero de 2020. Es aquí en donde desarrolla la idea en un tiempo récord de diez días, aprovechando, para ello, su experiencia en la construcción de biosensores ópticos. La prueba se basa en un sensor óptico a nanoescala e incluye una proteína receptora (anticuerpo) que es capaz de detectar el coronavirus. El sensor consiste en un interferómetro de guía de ondas. Para ello, utiliza una muestra de saliva con la que detectar la presencia del SARS-CoV-2. Si la saliva contiene SARS-CoV-2, se unirá a los anticuerpos y, a su vez, cambiará la transmisión de un rayo de luz que pasa a través del sensor óptico. Una vez analizada la luz, el resultado se transmitirá a un teléfono inteligente o a una tableta en un proceso que toma menos de 30 minutos. Las sondas de ADN identificarán el ARN viral sin necesidad de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).