La alcaldesa de El Bosque (Cádiz) y presidenta de la Comisión de Igualdad de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), Pilar García Carrasco, ha participado este jueves en el XI Foro del Laboratorio para la Comunicación Local EMA-RTV y FAMP denominado ‘Economía de los Cuidados: Mujeres que cuidan a mujeres’.
En este encuentro se ha puesto de manifiesto que, con la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, la falta de corresponsabilidad de los hombres, los nuevos modelos de familia, la disminución de la tasa de fecundidad, el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento en los países ricos, junto con los recortes del Estado de bienestar, han llevado a lo que se denomina «una crisis de los cuidados», como ha indicado la FAMP en una nota.
En ese sentido, se ha tratado de generar un debate en torno a la necesidad de afrontar los retos que lleva consigo la economía del cuidado y el papel que juegan las mujeres, y se han analizado los déficits actuales y las posibles alternativas para evitar «una crisis del cuidado» y el consiguiente aumento de las desigualdades de género.
En este debate han concurrido, además, la secretaria general de la FAMP, Teresa Muela Tudela; Ana Muñoz Colera, responsable de los Servicio Sociales Comunitarios de la Diputación de Cádiz; Paula Conesa, teniente de alcalde y delegada de Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Algeciras; Belén Blázquez Vilaplana, profesora titular del Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Jaén; Lucia González López, gerente de la Fundación Ageing Lab; y Sonia Hinojosa, servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Alcalá la Real (Jaén).
En el foro se ha dado a conocer que las mujeres realizan «más del 75% de todo el trabajo de cuidados no remunerado» y le dedican «tres veces más tiempo que los hombres». A lo largo de un año, dedican al hogar el equivalente a «201 días de trabajo» –sobre una base de ocho horas diarias–, en comparación con los 63 días de trabajo para los hombres.
La alcaldesa de El Bosque (Cádiz) y presidenta de la Comisión de Igualdad de la FAMP, Pilar García Carrasco, se ha referido «al compromiso y la responsabilidad» que deben adoptar todas las instituciones públicas, y especialmente, los pequeños municipios para «luchar y corregir las brechas de género y las diferencias salariales, que se notan más aún en los pueblos en el sector de los cuidados», el cual es «un sector muy feminizado».
También ha advertido que es «necesario» evaluar las políticas públicas «con seriedad y eficacia», para diagnosticar qué cosas funcionan y qué otras medidas deberían mejorarse.
La secretaria general de la FAMP, Teresa Muela Tudela, ha puesto en valor el compromiso y la cogobernanza desde la que se puede crear sinergias y alianzas «para dar mayor visibilidad a las cuidadoras» y ha recordado la puesta en marcha del Laboratorio para La Economía de los Cuidados de la FAMP, que ofrece un servicio para el asesoramiento, abierto al encuentro y la reflexión, el co-diseño y la co-gestión.
«Las entidades sociales tienen un camino por recorrer y no pueden hacerlo solas. Necesitan diseñar y poner en marcha mecanismos de gobernanza multinivel, adaptando los servicios sociales a la denominada transición digital, verde e integradora. Por ello, invitamos a nuestras entidades locales a sumarse a este Laboratorio que supone innovación social y pública», ha señalado.
En este sentido, ha resaltado la necesidad de valorar «adecuadamente» las tareas la economía del cuidado, la transformación social, el estado del bienestar, así como el potencial de generación de empleo que ello supone. En su opinión, la inversión en políticas de cuidado genera «un círculo vicioso con impacto positivo en el empleo para hombres y mujeres».
Ana Muñoz Colera ha incidido en la necesidad de una mayor formación y profesionalización de los servicios sociales comunitarios y ha recordado «el papel fundamental» de las diputaciones en la prestación de la ayuda a domicilio. No obstante, ha reclamado más inversiones y mayores recursos para las cuidadoras, que son «el 90% mujeres».
Paula Conesa ha subrayado la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, apostando por un cambio de mentalidad que debería incorporar a los hombres en los trabajos de cuidadores para evitar la feminización.
Por su parte, Belén Blázquez Vilaplana ha reconocido que «todos algún día podríamos necesitar los recursos de la economía de los cuidados», por eso, ha pedido «más dignidad y reconocimiento hacia los profesionales», así como una evaluación continua de estas políticas públicas porque, «de lo contrario, el sistema es insostenible»
Lucia González López ha hablado de la «imprescindible» visibilidad que deben tener las personas que cuidan en domicilios, muchas de ellas trabajando en la economía sumergida frente al personal que trabaja en las residencias públicas, con unas condiciones laborables muy diferentes y con mayor estabilidad salarial.
Finalmente, Sonia Hinojosa ha pedido «cuidar a quien nos cuida con más respeto, reconocimiento y mejoras salariales, porque faltan más recursos» y ha afirmado que las cuidadoras son «un chorro de aire fresco cuando llegan hasta el usuario del servicio».