Un grupo de 38 entusiastas peregrinos disfrutaron de una jornada marcada por la camaradería y el descubrimiento de paisajes únicos en la primera etapa «El Lentiscal – Tahivilla» de la Vía del Estrecho – Camino de Santiago en Cádiz. La actividad, realizada como parte del proyecto de cooperación «Rutas Turísticas y Culturales en las provincias de Cádiz y Sevilla», financiado por el Fondo Europeo FEADER y la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, contó con la experta guía de Manuel Barea Patrón, Presidente de la Asociación Gaditana Jacobea “Vía Augusta” (Cádiz)
La jornada, que tuvo lugar el domingo 21 de abril de 2024, comenzó con la concentración de los participantes en la plaza de la Constitución de Tahivilla a las 09:00 h. Allí, la organización del Grupo de Desarrollo Rural del Litoral de La Janda y de Los Alcornocales, representada por Carlos Romero Valiente, entregó mochilas, bordones y kits de hidratación a los peregrinos. La empresa Aventuras PROEMA, representada por Alberto Osorio y Mili Crespo, se encargó de la organización logística de la ruta.
El recorrido inició a las nueve y media, partiendo de Tahivilla hacia El Lentiscal-Bolonia. Durante el trayecto, los miembros de la Asociación Gaditana Jacobea “Vía Augusta” de Cádiz, Santi Galván y Manolo Barea, aprovecharon para mejorar las señales del camino.
La ruta, parte del camino jacobeo Vía del Estrecho, está dividida en siete etapas y es responsabilidad de la Asociación Jacobea de Cádiz “Vía Augusta”. Esta primera etapa, que originalmente abarca 17.2 km, fue recortada ligeramente por razones logísticas.
El clima, caracterizado por un viento racheado de levante que disminuyó el calor, acompañó a los peregrinos durante la travesía. Durante el recorrido de 15.9 km, los participantes pudieron disfrutar de espectaculares paisajes, avistando buitres leonados que anidaban en los escarpes de la sierra.
El trayecto finalizó en Tahivilla, donde los peregrinos fueron recibidos con cervezas, refrescos y tapas en el bar El Jilguero. La jornada concluyó con una foto en las escaleras de la plaza ante la iglesia parroquial de San Isidro Labrador, el patrón local.