Pensiones contributivas y no contributivas: qué son, cómo solicitarlas y los requisitos para acceder a ellas
En 2025, las pensiones contributivas se han revalorizado un 2,8% y las no contributivas un 9%, con el objetivo de garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas y beneficiar a los más vulnerables. Estas revalorizaciones afectan a un total de 12 millones de pensiones y prestaciones, en un contexto de políticas orientadas a mejorar las condiciones económicas de los ciudadanos.
Las pensiones contributivas son prestaciones económicas que dependen de las aportaciones previas del beneficiario al sistema de Seguridad Social, y varían según el tipo (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, entre otras). Por ejemplo, la pensión de jubilación ordinaria requiere un mínimo de 15 años de cotización, y su cuantía se ajusta según las aportaciones realizadas durante la vida laboral del solicitante.
Por otro lado, las pensiones no contributivas están destinadas a ciudadanos que no han cotizado lo suficiente o que carecen de recursos para su subsistencia. Para acceder a ellas, se deben cumplir requisitos específicos como la edad mínima (65 años para la jubilación no contributiva) y la residencia en España durante un periodo determinado. Además, su cuantía anual está fijada en 7.905,80 euros para 2025.
El Gobierno, con estas medidas, busca reducir la brecha de género y promover una mayor equidad entre los pensionistas, incrementando especialmente las pensiones más bajas, las cuales están dirigidas a personas con menor renta.