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Carnaval

La chirigota ‘Venimos de vuelta’ no logra mantener el ritmo en el COAC 2025

La chirigota Venimos de vuelta, originaria de Algeciras, participó en las preliminares del COAC 2025 con una propuesta original que no logró mantener la calidad en todo su repertorio. En esta ocasión, los componentes de la chirigota representaron a borrachos regresando a casa tras una noche de fiesta en Carnaval, un tipo que ofreció una visión fresca y creativa, pero que no explotó completamente su potencial. La dirección estuvo a cargo de Francisco García González, mientras que la música y la letra fueron obra de Agustín Carlos González Galiano, José Rafael Castro Maíllo y Álvaro Castro Gavira.

La actuación comenzó con una escenografía peculiar, en la que los integrantes de la chirigota estaban sentados en tres coches, representando a los personajes que regresan a casa tras una jornada de festejos. A pesar de la premisa original, los chistes iniciales, como la mezcla de bebidas con Coca-Cola Zero y la confusión entre un romano y un rumano, fueron previsibles y no lograron sorprender.

En los pasodobles, Venimos de vuelta ofreció dos temas personales que conectaron con el público. El primero fue una declaración de amor a Cádiz, destacando la emoción de cantar en el Carnaval gaditano tras más de 20 años de participación. El segundo, un canto a la experiencia de ser padres, reflexionando sobre la preocupación por los hijos, tocó la fibra emocional de los presentes. Sin embargo, a pesar de la conexión, los pasodobles carecieron de mayor originalidad, resultando algo predecibles.

Los cuplés fueron irregulares, con un primer chiste que jugaba con la confusión entre un consolador y una batidora, mientras que el segundo relataba una situación cómica relacionada con un trío. Aunque algunos chistes provocaron risas, la actuación perdió fuerza en ciertos momentos.

El popurrí, que siguió el viaje de regreso a casa de los borrachos, comenzó con energía, pero decayó en algunas partes. A pesar de la inclusión de guiños a la cultura carnavalera, como una versión de Las ratas de Bienvenido, el ritmo no se mantuvo, y la actuación perdió algo de fuerza en la parte final. La última cuarteta de pie destacó con una emotiva declaración de amor a Cádiz, cerrando la intervención con un toque de cariño hacia la ciudad.

Venimos de vuelta presentó una propuesta interesante y momentos divertidos, pero el repertorio irregular y la falta de continuidad en la actuación impidieron que la chirigota lograra redondear su propuesta. La conexión con el público fue evidente, pero no pudieron mantener la calidad a lo largo de toda la intervención.














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