OPINIÓN – El cuento de nunca acabar: promesas vacías y el abandono de Cádiz
Escuchar que la Junta de Andalucía apenas ha ejecutado un 11% del presupuesto que tenía para Cádiz en todo un año debería ser motivo de indignación para cualquier ciudadano con un mínimo de sentido común. Y no hablo solo de números fríos; hablo de hospitales sin construir, la educación en ruinas, y servicios públicos que se desangran mientras las promesas electorales se convierten en humo.
Juan Carlos Ruiz Boix, con razón, pone el dedo en la llaga al denunciar que el Gobierno del PP anda más ocupado en su “tiempo oscuro, perdido y muerto” que en cumplir con Cádiz. ¿De qué sirve presupuestar si luego no hay ni voluntad ni ejecución? Esto es un desastre que golpea directamente a la gente: esperas interminables para atención sanitaria, quirófanos cerrados, y comedores escolares que sirven comida de mierda.
Pero no nos engañemos, la culpa no solo es de la Junta. Aquí en Cádiz, con el alcalde Bruno García mirando para otro lado, también hemos tragado con la falta de impulso y exigencia. Es un “todos son iguales” que solo desgasta a la provincia y alienta el desánimo.
Si el PSOE ahora anuncia que va a activar su maquinaria electoral para 2026, bienvenido sea, pero los gaditanos necesitamos soluciones ya, no promesas de cara a las urnas. Que se pongan a trabajar, que exijan y que peleen por inversiones reales y efectivas. Que no nos vendan cuentos ni nos tomen por tontos que el abandono de esta provincia viene de lejos. Cádiz merece más que migajas y excusas.
Este eterno vaivén de anuncios incumplidos y proyectos olvidados es un lujo que no podemos permitirnos. El tiempo del postureo político debe terminar, porque aquí, en Cádiz, no sobra nadie, pero sí sobran los incompetentes y los que miran para otro lado.