En 1759 nacía Hayes (Kent) William Pitt, conocido como “el joven”, para diferenciarlo de su padre del mismo nombre y apodado, por tanto, como “el viejo”, primer ministro británico entre 1766 y 1768.
Nuestro protagonista jugó un papel muy destacado en la Historia política de Gran Bretaña en un momento crucial, entre la independencia de las Trece Colonias y el momento culmen de Napoleón. Fue primer ministro durante dos décadas, siendo la persona más joven en desempeñar esta responsabilidad, además de ser canciller del Exchequer.
En 1780 se graduó en Derecho por la Universidad de Cambridge. Comenzó su carrera política entre los whigs y ya en 1781 ingresó en la Cámara de los Comunes, a la que perteneció hasta el año 1800. Fue nombrado canciller del Exchequer en el gobierno de Lord Shelburne, planteando una serie de reformas administrativas, pero este ejecutivo duró poco tiempo, cayendo en abril de 1783.
Tenía 24 años cuando el rey Jorge III le encargó formar gobierno, a finales de 1783. Pudo conseguir una amplia mayoría parlamentaria en las elecciones del año siguiente. Durante su mandato tuvo que tratar con la grave enfermedad mental del monarca. Pitt pasó a protagonizar la política británica en una etapa fundamental de la Historia, como hemos señalado. Inició un vasto programa de reformas. En el plano económico consiguió regular la Deuda Pública, controlar el contrabando y aumentar las exportaciones, a través de reformas aduaneras y un aumento de los impuestos. Tenemos que tener en cuenta que Gran Bretaña sufría un grave déficit fruto de la guerra colonial con los norteamericanos. Pitt estaba muy interesado en sentar las bases del Imperio británico, especialmente en Canadá y la India, racionalizando la administración a través del aumento del control sobre la Compañía de las Indias Orientales.
Pero el estallido de la Revolución Francesa produjo en impacto fundamental en Gran Bretaña. El gobierno inglés rompió las relaciones diplomáticas con la Francia revolucionaria. Pitt temía la difusión e introducción de las ideas revolucionarias en Inglaterra, y estableció medidas para impedirlo, como el control de los extranjeros y las reuniones consideradas sediciosas.
Londres adquirió un claro protagonismo en la formación y desarrollo de las distintas coaliciones antirrevolucionarias, como luego contra Napoleón. En el ámbito interno eso provocaría desequilibrios económicos evidentes en la Deuda. La primera gran coalición se formó en 1793.
Pero ni la Francia revolucionaria ni Napoleón pudieron con Pitt. Cayó en 1801 por el problema irlandés. Al final de siglo XVIII, en 1798, estalló una fuerte revuelta en Irlanda liderada por Wolfe Tone, que los franceses apoyaron. Pitt decidió que para evitar la pulsión independentista convenía la plena integración de Irlanda y Gran Bretaña a través del Acta de Unión de 1801, naciendo el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda. Además, se planteó la emancipación de los católicos irlandeses, pero el monarca Jorge III era contrario completamente a esta última medida, como una parte sustancial de la clase política inglesa. Harry Addington sucedió a Pitt al frente al gobierno y firmó la paz con Napoleón.
Pero esa paz no podía durar mucho. Pitt regresó al gobierno cuando se produjo la amenaza de invasión napoleónica en 1803. Esta nueva etapa de gobierno fue más complicada que la anterior, no sólo por las dificultades en política exterior, sino también por el enfrentamiento entre Pitt y el monarca a cuenta del interés del primero en formar un gobierno de gran coalición con Charles James Fox. Estuvo al frente del ejecutivo hasta su fallecimiento el 23 de enero de 1806 en Putney, sustituyéndole en esta responsabilidad William Wyndham Grenville. Pitt pudo disfrutar la victoria de Trafalgar frente a las escuadras francesa y española, que supuso un duro golpe a Napoleón, y que se desvaneciera la amenaza de invasión, aunque no afectara a la expansión del poder imperial francés en Europa, ya que en ese momento la Coalición de Gran Bretaña, Austria, Rusia y Suecia había fracasado debido a las victorias francesas de Ulm y Austerlitz.
Si Pitt ha pasado a la Historia como el político que dirigió el país frente al poder de Napoleón, saneó la hacienda después de la guerra contra los colonos norteamericanos, y sentó las bases administrativas del Imperio, pero también fracasó en sus proyectos de reforma parlamentaria, y los intentos de abolir la esclavitud que se produjeron durante su mandato fueron derrotados en el Parlamento. Por otro lado, durante su primer gobierno se dieron las Combination Acts de 1799 y 1800, que prohibían explícitamente las organizaciones de trabajadores.