Tras el derribo de los tres edificios, que albergaban 47 viviendas y locales, el solar ha sido acondicionado para aparcamiento
La Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio ha concluido los trabajos de demolición de los tres edificios del Cerro del Moro incluidos en la séptima fase del Plan de Remodelación Integral del barrio. Los tres bloques, que albergaban 47 viviendas y locales en los bajos, ocupaban hasta su derribo la manzana delimitada por las calles Sor Cristina López García, Alcalá del Valle y avenida de Valencia, convertida ahora en un solar.
El derribo ha sido posible tras un complejo proceso iniciado hace unos años, en el que hubo que desalojar las 47 viviendas y reubicar a las familias residentes en otras viviendas públicas. A continuación, la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) se hizo con la titularidad de todos los inmuebles, hasta entonces de propiedad privada, como condición previa y obligada para poder contratar la demolición de los edificios, lo que ha sido posible tras haber sido declarados en situación de ruina urbanística.
Las familias que residían en estas 47 viviendas fueron reubicadas en las viviendas resultantes de la sexta fase de la intervención en el Cerro del Moro, en la que hasta el momento se han invertido 20,3 millones para la construcción de 489 viviendas públicas destinadas a familias del barrio con escasos recursos económicos, cuyos hogares presentaban un profundo deterioro.
La demolición que acaba de concluir ha sido ejecutada por Hercal Digges D.L., a la que se adjudicaron los trabajos por 210.000 euros. Esta empresa ha acometido también la urbanización de los alrededores de la parcela afectada, habilitando una solera de hormigón en la que se ha creado una zona peatonal y otra para aparcamiento de vehículos. Al igual que en otras intervenciones promovidas por la Junta de Andalucía, en esta actuación se ha contratado a personas en situación de riesgo de exclusión social.
Simultáneamente a las obras ejecutadas en el barrio, primero por el Ayuntamiento y luego por la Junta de Andalucía, se ha venido realizando un intenso trabajo social con las familias residentes para posibilitar la transformación real del entorno, dado que muchos de los vecinos presentaban serios problemas de distinta naturaleza, que los mantenía en situación de marginalidad y dificultaba la normal convivencia en el barrio.