«Don José Blas, firme el Bono Social», con esta frase pronunciada por el alcalde de Cádiz, José María González, comenzaba el pleno ordinario del mes de septiembre y con ella, las hostilidades. Este ruego enervó al citado concejal y presidente de la Fundación Eléctrica de Cádiz, calidad por la cual le compete firmar los convenios que pondrían en marcha el bono.
José Blas Fernández pidió la palabra por alusiones para justificar la demora en rubricar lo que el pleno municipal y el consejo de Administración de Eléctrica de Cádiz ya había aprobado. Pero antes quiso aprovechar la ocasión para llamar «cínico y mentiroso» al alcalde de Cádiz, pidiendo al secretario que hiciera constar en acta sus palabras. Fernández dijo necesitar un informe jurídico del bufete Quatrecasas para proceder (o no) a la firma de los convenios.
Ante la ristra de insultos que el veterano concejal soltó en tan temprana hora, el alcalde le aconsejó que «fuera bebiendo agua», lo que encendió aún más a un José Blas Fernández fuera de sí.
Cada vez que un miembro del Equipo de Gobierno tomaba la palabra comenzaba su a locución con un «Don José Blas, firme el Bono Social», lo que sacaba aún más de quicio al edil que rumiaba su venganza impasible en su bancada.
Y su momento llegó con la entrada en el Salón de Plenos de Alexis González, condenado hace unos meses a un año de prisión por amenazar en esa misma sala a los concejales del Grupo Socialista. Pero la venganza es un plato que se sirve frío y José Blas Fernández estaba de todo menos frío en esos momentos, por lo que protagonizó uno de los momentos más ridículos que se le recuerdan, con la inestimable colaboración de su portavoz, Ignacio Romaní.
Fernández se dirigió a la presidencia del Pleno para expresar su temor porque Alexis González le había mirado. Hay miradas que matan y la de Alexis es una de ellas. Es cierto una vez profirió amenazas y ha sido condenado por ello, pero de ahí a la actuación teatral de José Blas Fernández manifestando sentirse amenazado hay un abismo. Romaní salió al quite de su compañero solicitando al alcalde que dijera si había sido él el que había llamado a Alexis para que apareciera, inquiriendo al secretario para que reflejase en el acta la contestación del alcalde. José María González, que no salía de su asombro al presenciar tan lamentable espectáculo, negó tener nada que ver con el asunto.
Teófila Martínez no quiso quedarse atrás y un poco más tarde tuvo su momento de gloria. Una vez más algunos miembros del público desplegaron la pancarta que llama corruptos a los miembros del Partido Popular. Nada más aparecer la ex alcaldesa llamó la atención del alcalde para que ordenase la retirada de la misma, algo que el alcalde ya había hecho. Tras un rifirrafe verbal el alcalde se justificó afirmando que la pancarta había estado expuesta tan solo diez segundos, recriminándole la señora Martínez que diez segundos eran muchos y que tenía que estar más atento la próxima vez.