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Jue. Nov 21st, 2024

El joven socialdemócrata

Carlos FabianoHay en España, aunque no sé si él le sigue llamando así, un joven socialdemócrata. Le llamo joven porque desde la atalaya de mis años este adulto ya pasadito aun parece un jovenzuelo, más aun cuando él mismo cultiva una imagen desenfadada y juvenil. Ya sabemos que el efebismo se ha instalado en la política nacional y no hay cosa que guste más que un efebo con labia, fustigando al adversario y utilizando ese deleznable hábito de los zascas. A lo que iba, que el señor Iglesias Turrión se ha levantado socialdemócrata y siendo como es una criatura que roza lo sobrenatural, un elegido de los dioses, ha bastado su palabra para que la legión de seguidores que se consideraban comunistas o cosas similares hayan sido bendecidos con el bautismo de la socialdemocracia. Y que nadie rechiste que por su boca habla la gente.

Este muchacho para mi no es mal chico, de verdad lo afirmo, pero a veces se la va el santo al cielo. Tan sólo que el santo siempre suele creer que es del mismo y lleva mal lo de compartir espacios celestiacescon un santoral más o menos amplios. No es por ser mal pensado pero Monedero ya deambula por los infiernos de la marginalidad cual un Dante cualquiera, de hecho en Cádiz estuvo hace poco de secundario en la presentación de un libro serio pero haciendo gala una dudosa vis cómica, y luego tenemos a Errejón que ha bajado un par de escalones en el escalafón del Olimpo y ya sólo queda para frases ocurrentes en el Facebook. Triste destino el de los abandonados de los dioses, lo único es que en este caso sólo hay un dios y él mismo es su profeta.

Y el dios-profeta ha lanzado una nueva verdad a su feligresía, ¡Soy socialdemócrata! y para que os lo creáis bien, bien, con una verdad de la buena, aquí veis com desciendo de las alturas con un libro, las tablas de piedra son muy pesadas, en el que están escritas las leyes de la verdadera socialdemocracia. Y están cierto lo que digo que lo he escrito en un catálogo de Ikea. Dicho lo cual pagó una convidá de albóndigas y codillo de Ikea para el comité central, o como quiera que se llame el órgano que manda en Unidos Podemos, que yo me rumio de que se trata de un órgano unipersonal.

¡Ala! ya somos socialdemócratas, qué rabien los socialtraidores, o sea los militantes y votantes del PSOE que para esos son casta, ¡perdón, que un socialdemócrata no emplea ahora esa palabra! bueno, algo malo serán los sociatas seguro, muy seguro que si. Y es que el otro día husmeando por las redes sociales, pese a mi edad me doy cierta maña, me topé con fotos de un acto de UP, unidos o unidas ya eligen ustedes, y en primera fila, aguantando con fervor una pancarta y con el rostro iluminado cómo sólo lo tienen aquellos que han visto el rostro de la divinidad, reconocí a una antigua, supongo, militante socialista. Primero me asombré pero ahora lo comprendo todo, ¡Es que Podemos es ahora socialdemócrata! la pobre creyendo caminar hacia la izquierda se colocó a su derecha. Terminó revisionista del todo.

La gran ventaja de este viraje del Gran Timonel Turrión es que le va a venir bien al PSOE. Me da que después de las elecciones habrá una fuga de oportunistas y tibios. Quedarán los auténticos, pero que tengan cuidado que si yo fuera de ese partido aun después de la huida de los mediocres tendría una buena purga que hacer. Mientras me voy esta noche a escuchar la Novena de Mahler con un Armagnac y un buen puro nicaragüense mientras medito sobre la conversión de Pablo. Iglesias Turrión no el de Tharso.

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