El responsable de flor cortada de COAG Andalucía y miembro de la junta directiva de la Asociación de Agricultores de la Costa Noroeste de Cádiz, Luis Manuel Rivera, ha celebrado este lunes el «balón de oxígeno» que supone para los agricultores de la flor cortada la llegada de la Semana Santa, una fecha clave en el gremio que, desde Chipiona, reparte su producto «a toda España y al norte de Europa, como Holanda o Gran Bretaña».
En declaraciones a Europa Press, Rivera ha reconocido que, a pesar de que flores «como los crisantemos no está saliendo como debería salir, el resto de las flores, bien sea iris, gladiolo o claveles, están saliendo bien».
Por ello, Rivera ha pedido a las administraciones atención porque «la flor cortada es un sector muy desconocido». En este sentido, ha reconocido que quieren hacer ver «que en la Costa Noroeste de Cádiz, y en el Bajo Guadalquivir, se generan muchos puestos de trabajo».
De hecho, ha señalado que «antes de la pandemia, de puestos directos de trabajo, había unas 4.000 familias, porque son explotaciones familiares casi el 90 por ciento», algo que, para Rivera, «deberían tener en cuenta para que este sector pueda seguir para adelante». «La flor cortada no recibe ayuda de ninguna clase, lo hacemos todo a base de esfuerzo», ha lamentado.
«No podemos… Después de la pandemia, que nos dio un buen palo, después de la subida de coste de producción, después de la guerra de Ucrania, y la huelga de transporte cada vez hay menos agricultores que piensan sembrar flores», ha reconocido el representante de COAG antes de vislumbrar que «si hay algún incentivo, y las flores valen dinero, se puede relanzar y volver a lo que éramos hace 20 años, que había unas 1.200 hectáreas y éramos aproximadamente el 20% de PIB en agricultura de todo el dinero en la provincia de Cádiz».
En cualquier caso, Rivera se ha mostrado «optimista» porque «con la Semana Santa es verdad que están consumiendo muchas flores después de dos años sin salir las hermandades y las cofradías, están con muchas ganas y por la carretera se ven muchas furgonetas de floristerías y de gente que viene a comprar flores». «Todo lo que viene después de la primavera puede ser un trampolín para que otra vez podamos seguir cultivando flores», ha vaticinado.
En cuanto a los precios, el representante de COAG ha señalado que el sector de la flor cortada ha tenido que elevarlos debido a los efectos de la pandemia y porque, cuando llegaba la «reactivación», se produjo «la subida de los costes de producción, como la luz, el gas, lso fertilizantes, los fitosanitarios o el plástico».
«Lo íbamos soportando porque las flores estaban, más o menos, a un precio aceptable para que los floricultores puedan ir adelante, pero la guerra de Ucrania se cargó parte del mercado, porque el 8 de marzo, que es el Día de la Mujer Trabajadora, en los países del Este se consumen muchas flores y, a causa de esta guerra, no se vendieron y saturó el mercado de la exportación, que empezó a mandar flores para España de forma que, las mismas que nosotros mandamos para Holanda, vinieron a España, Portugal y Gran Bretaña», ha apuntado Rivera.