González Byass alcanza un acuerdo con sus trabajadores para cerrar su proceso de reestructuración en España

La bodega jerezana reduce el número de empleados afectados por el ERE y prioriza la voluntariedad, en un plan que busca una estructura más eficiente y adaptada al mercado.

La compañía bodeguera González Byass ha anunciado la conclusión satisfactoria del proceso de negociación iniciado a principios de octubre con sus trabajadores, dentro del plan de reestructuración de dos de las sociedades que forman parte de su grupo mercantil en España: González Byass Servicios Corporativos y González Byass Distribución.

Según ha informado la empresa en un comunicado, tras varias semanas de diálogo se han alcanzado acuerdos “beneficiosos” para los empleados, que incluyen mejoras en las condiciones laborales, una reducción del número de personas afectadas por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y la priorización de la voluntariedad como principal criterio de selección de las salidas.

Acuerdo basado en el diálogo

González Byass ha destacado que los acuerdos alcanzados con la representación legal de la plantilla son el resultado de un proceso de diálogo constructivo en el que ambas partes “han mostrado su voluntad de encontrar soluciones equilibradas”.

La compañía ha subrayado que desde el inicio su objetivo ha sido minimizar el impacto social del proceso y aplicar medidas responsables que aportaran “certidumbre a todas las personas afectadas”, en consonancia con las nuevas líneas del Plan Estratégico de la organización.

“Estos acuerdos garantizan que el impacto de las reestructuraciones sea el menor posible”, ha señalado la empresa, que ha reiterado su compromiso con la plantilla y con la sostenibilidad del negocio a largo plazo.

Plan de eficiencia y adaptación

Una vez concluido el proceso de reestructuración, González Byass centrará sus esfuerzos en reforzar su competitividad mediante nuevas medidas de eficiencia y optimización interna, entre las que se incluyen la contención de gastos, la optimización del portafolio de productos, la mejora de procesos operativos y la desinversión en activos no estratégicos.

Con estas acciones, la bodega jerezana —una de las firmas más reconocidas del sector vinícola español— busca dotarse de una estructura más ágil y eficiente, enfocada en sus marcas prioritarias y en nuevas líneas de negocio, con el objetivo de afrontar con garantías los retos del sector en transformación.

La empresa, fundada en 1835 y con sede en Jerez de la Frontera, mantiene presencia en más de 100 países y es propietaria de marcas históricas como Tío Pepe, Croft, Beronia y Vilarnau, entre otras.