La chirigota infantil «La familia Topolino» brilla en la final del COAC 2025 con humor y reflexión social
La chirigota infantil La familia Topolino dejó una impresión memorable en la final del COAC 2025, celebrada en Cádiz. Con una propuesta fresca y divertida, el grupo se presentó como camareros del «salón Topolino», una temática italiana que, además de ofrecer una dosis de humor, permitió reflexionar sobre cuestiones sociales y educativas actuales.
Bajo la autoría de los letristas Ramón Manuel Ruíz Lorenzo, Mario Rodríguez García y Mario Rodríguez Parra, y con música de Rodríguez Parra, José Manuel Vallejo Berrocal y Alejandro Monzón Cruz, la agrupación mostró una gran complicidad entre sus miembros, destacándose por su enérgica interpretación y los chispeantes toques de comedia.
La actuación comenzó con una presentación al estilo clásico de las chirigotas gaditanas, en la que los personajes, camareros del salón italiano, interactuaron con el público mientras desarrollaban una serie de situaciones cotidianas cargadas de humor.
El primer pasodoble fue una reflexión sobre el Carnaval como vehículo educativo, llamando a los más pequeños a desconectarse de las pantallas y disfrutar del juego y la socialización al aire libre. Un mensaje de valores que resonó en el público y demostró la importancia del carnaval como herramienta para el crecimiento personal.
En su segundo pasodoble, La familia Topolino abordó de forma directa la polémica de la cantera local, destacando la necesidad de aprender de las dificultades y de cómo las experiencias vividas fortalecen a las personas.
Los cuplés, cargados de simpatía, hicieron reír a la audiencia con referencias cómicas sobre la vida de los personajes de la familia Topolino y situaciones cotidianas, mientras que el popurrí finalizó la actuación con un ritmo pegadizo que conectó profundamente con los asistentes.
La familia Topolino ha logrado combinar la comedia con la reflexión social, destacándose en la final del COAC 2025 por su divertida propuesta y su mensaje educativo, dejando claro el poder del carnaval como medio para enseñar y hacer pensar, todo envuelto en un ambiente de alegría y complicidad.
