Roberto Palmero recuerda que reciclar ropa permite “dar una nueva vida a este tipo de productos y, al mismo, tiempo se contribuye a reducir uno de de los residuos más contaminantes”
Un total de 157.142 kilogramos es la cantidad de ropa reciclada en Chiclana durante el pasado año 2020. La cifra es inferior a la de 2019, donde se recogieron una cifra de 227.752 kilogramos, siendo este tipo de residuo el más afectado por el periodo de confinamiento y la pandemia de COVID-19.
“El reciclaje de ropa se ha visto más afectado que el de otros residuos, debido a la situación excepcional vivida el pasado año. La ciudadanía salió menos, tuvo menos actividad social, y esto ha repercutido tanto en la adquisición de ropa y calzado como en el reciclaje del residuo que estos productos generan. De hecho, muchas personas reciclan ropa coincidiendo con la adquisición de nuevas prendas. Aún así, en las condiciones en las se produjo la recogida, los niveles son altamente satisfactorios”, explica el delegado municipal de Medio Ambiente, Roberto Palmero.
En Chiclana son dos las entidades las encargadas de la recogida de la ropa usada; tanto la ONG Madre Coraje como East West. Esta segunda, East West, tiene 46 contenedores en todo el municipio, mientras que 15 son los aportados por Madre Coraje, encargada también del reciclaje de aceite en Chiclana. No en vano, son los contenedores de Madre Coraje los que más cantidad han recolectado durante todo el año, con un total de 90.330 kilogramos; superando incluso la cifra de 2019, en la que se registraron 88.900 kilogramos. En cuanto a la cantidad recolectada por East West, ésta se sitúa en 66.812 kilogramos.
De esta forma, el cénit de los niveles de recogida, en lo que respecta a Madre Coraje, se situó en el mes de junio, con una cantidad de 11.370 kilogramos. Y se mantuvo en cifras muy similares hasta finalizar el año. Por otro lado, en cuanto a los datos de East West, el momento álgido se encuentra en el mes de octubre con 9.361 kilogramos.
Al comparar estos datos, se constata que los periodos de cambio de invierno a verano, y especialmente con los cambios de temperatura, se registran los mayores niveles de reciclado. Así Palmero explica que “son en los meses de mayo y junio, así como en octubre y noviembre, cuando estas cifras se ven incrementadas con respecto a los meses restantes. Lo cual es lógico teniendo en cuenta que retrata las épocas del año en las que la población es más propensa a deshacerse de la ropa”.
“La industria de la ropa es una de las genera mayor número de desechos, por ello hay que realizar un pequeño esfuerzo utilizando estos contenedores específicos en lugar de lo de residuos orgánicos. Tendrán una segunda vida y ayudaremos a mejorar nuestro ecosistema y, al mismo tiempo, se realiza una labor solidaria”, puntualiza Palmero.
Hay que resaltar que los ingresos que Madre Coraje obtiene a través de esta actividad se dedican a labores de cooperación internacional, como el envío de ayuda humanitaria o la puesta en marcha de proyectos de desarrollo, sensibilización y concienciación. Parte de la ropa se destina a su venta en mercadillos que organiza a lo largo del año y otra cantidad tiene como destino países como Perú o Mozambique.