De nuevo ha funcionado. A pesar de los casos de corrupción, del abuso de las instituciones por parte de más de un ministro y de la situación social que vivimos el presidente (en funciones) Rajoy va a disponer de una temporada más en La Moncloa. Aún está por ver si será una legislatura larga o no, si obtendrá la abstención de algunos diputados socialistas o si pactará con los nacionalistas. En el peor de los casos tendremos unas terceras elecciones y todo apunta que mejorará todavía más el resultado de estas últimas.
El secreto, tumbarse en el diván en que le dibujó Peridis hace ya casi una década y esperar que el viento le sople de popa. Una estrategia inverosímil pero que ha resultado de lo más eficaz. La puso en práctica contra Zapatero en los primeros años de la crisis y ahora contra Pedro Sánchez en la legislatura más corta de la reciente historia democrática. Ni eludir su responsabilidad de intentar formar gobierno como fuerza más votada le ha hecho mella alguna en su electorado.
Esa misma estrategia ya la está poniendo en práctica aquí mismo en Cádiz Teófila Martínez, que de tonta no tiene un pelo. Solo eso explica que siga conservando su acta de concejal cuando podría buscar un dulce retiro en el Congreso.
En 2015, la marca gaditana de Podemos consiguió conectar con gran parte del electorado que aun siendo de izquierdas le confiaba el voto cada cuatro años a la santanderina, algo que el PSOE no había conseguido en las últimas décadas.
Es evidente que el Equipo de Gobierno es insuficiente para gobernar una ciudad como Cádiz. Son pocos en número y a algunos de ellos la gestión le viene grande. Sin necesidad de nombrar a nadie se me vienen a la cabeza al menos tres que no estarían si la lista se hubiera hecho con vistas a gobernar.
Puede que la estrategia del PSOE le sirva para congraciarse con parte de los que ya les votan, muchos o pocos, eso es irrelevante. Incluso es posible que manteniendo esa estrategia consiga desgastar al Equipo de Gobierno. Lo que es poco probable es que ese desgaste les beneficie electoralmente. Aquellos que se desencanten con Podemos volverán a votar a Teófila, que es lo que venían haciendo todos estos años. Aunque viendo la alegría que se respiraba en la sede socialista por haber crecido en un puñado de votos pese a seguir siendo tercera fuerza política a nada menos que 6.000 votos del segundo poco les importará ser, no ya opción de gobierno, tan solo líder de oposición.
Mientras tanto Teófila sigue impertérrita acudiendo a cada plena sin mancharse de barro, sin entrar en el fondo del debate. Únicamente interviene para reñir al alcalde, para dejarlo en evidencia por lo mal que dirige el pleno o cuando el asunto que se debate es una cuestión de reglamento. Parece que le ha pedido a Peridis que le dibuje otro diván del que levantarse allá en 2019 cuando los gaditanos le pidan que les libre del esperpento en que se ha convertido cada sesión plenaria. Entonces vendrán los lamentos.