El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy la declaración, como Zonas Especiales de Conservación de la Red Natura 2000 (ZEC), de 13 lagunas y complejos endorreicos de las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla, así como del paraje y la reserva natural de Punta Entinas-Sabinar, en Almería. La decisión eleva a 163 el número de espacios andaluces con esta figura europea de protección, vinculada a los hábitats que se consideran de mayor valor a escala continental.
Asimismo, el Consejo ha aprobado los planes de ordenación de los recursos naturales de todos estos enclaves y de otros dos no declarados ZEC: la laguna de Archidona (Málaga) y el complejo endorreico sevillano de Lebrija-Las Cabezas. En ellos se establecen normas para compatibilizar los valores ecológicos con los aprovechamientos.
El reconocimiento de estos espacios naturales como ZEC conlleva su inclusión en la Red Europea Natura 2000, otorgando así un plus de reconocimiento a la gestión pública de los mismos. A las 14 declaradas hoy se irán sumando en los próximos meses otras 26 hasta alcanzar una cifra total de 189, con 307.940 hectáreas. Andalucía tiene un peso muy destacado en Natura 2000, ya que cuenta con una de las mayores extensiones de territorio protegido de la Unión Europea y la mayor de España: casi 2,7 millones de hectáreas, el 30% de la superficie regional.
Las nuevas ZEC de las lagunas, con una superficie total de 7.046 hectáreas, son los complejos endorreicos de Espera, Chiclana, El Puerto de Santa María y Puerto Real, y las lagunas de Medina y de Las Canteras y El Tejón, en la provincia de Cádiz; las lagunas de Campillos y de La Ratosa, en Málaga; las lagunas de Coripe y El Gosque, y los complejos endorreicos de Utrera y de La Lantejuela, en Sevilla; y la laguna de los Tollos, ubicada entre esta provincia y la de Cádiz.
Las lagunas de Cádiz, Málaga y Sevilla, todas ellas declaradas reservas naturales, constituyen enclaves estratégicos para las rutas migratorias de aves acuáticas y contribuyen al mantenimiento de sus poblaciones en otros lugares, a la diversidad paisajística de la región y a favorecer la conexión entre distintos ecosistemas.
Las de Cádiz se sitúan en el sistema endorreico (conjunto de cuencas sin salida al mar) más meridional de la Península Ibérica, en los ámbitos del Bajo Guadalquivir y Guadalete. Albergan doce hábitats de interés comunitario y una amplia comunidad de aves, principalmente acuáticas, de las que se contabilizan más de 90 especies diferentes. Destacan la malvasía cabeciblanca, la garcilla cangrejera, la focha cornuda y el porrón pardo, catalogadas en peligro de extinción.
Las dos nuevas ZEC malagueñas, de las lagunas de Campillos y La Ratosa, se ubican en el norte de la provincia y forman una unidad funcional con la reserva natural de Fuente de Piedra. En ellas se han identificado 89 especies de aves, principalmente sedentarias, invernantes, estivales y otras de paso como la malvasía cabeciblanca, la cerceta pardilla o la focha moruna. Ambos humedales cuentan con diez hábitats de interés comunitario.
Los complejos endorreicos de Sevilla se extienden por la franja sur de la provincia, reúnen once hábitats de interés comunitario y destacan sobre todo por la abundancia de especies singulares en su vegetación. La laguna de Coripe alberga el núcleo de población más importante de Europa de ‘Marsilea strigosa’, especie de trébol con cuatro hojas.
Finalmente, entre el municipio gaditano de Jerez de la Frontera y el sevillano de El Cuervo se sitúa la laguna de los Tollos, con cuatro hábitats declarados de interés comunitario. El enclave destaca por la avifauna migratoria y de invernada y reproducción, con predominio de las limícolas en las aguas someras, así como especies protegidas como la cerceta pardilla, la focha moruna y el flamenco rosa.
En cuanto al paraje natural de Punta Entinas-Sabinar, en cuyo perímetro se incluye también la reserva del mismo nombre, se ubica en el extremo suroccidental de la provincia de Almería y tiene una superficie total de 1.960 hectáreas repartida entre los municipios de El Ejido y Roquetas de Mar. El enclave está conformado por dos albuferas semicolmatadas, separadas del mar por una barra de arenales y dunas. Destaca por sus lentiscares y sabinares, formación vegetal esta última que da nombre al espacio natural.