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Sáb. Nov 23rd, 2024

La Zancada y Andando proponen medidas para garantizar la distanciación social y el derecho a la salud en el periodo de desconfinamiento

La crisis producida por la pandemia está generando un enorme sufrimiento en todos los órdenes de la vida. Tanto durante el confinamiento, como en el periodo que vendrá después, las administraciones públicas deben garantizar que los desplazamientos a pie sean seguros, no solo desde el punto de vista del contagio, sino también de la seguridad vial, pues la reducción del tráfico motorizado incide en mayores velocidades de los vehículos a motor.

Numerosas ciudades y países están ofreciendo soluciones para hacer las ciudades caminables y a la vez seguras, cambiando las regulaciones, reduciendo la velocidad de los vehículos motorizados y cerrando al tráfico determinadas calles para facilitar los desplazamientos a pie. La recomendaciones de la Red de Ciudades que Caminan comparten este mismo enfoque. 

La coordinadora Estatal Andando y la Asociación Gaditana de peatones La Zancada proponen que también en Cádiz se adopten medidas en ese sentido, acondicionando las calles y el espacio público para que caminar sea el modo habitual de realizar los desplazamientos no solo de corta distancia o de barrio, sino de media distancia. La pandemia pone también sobre el tapete la urgencia social que tiene nuestra ciudad de cumplir la legislación de accesibilidad, que obliga a que las aceras tengan unas anchuras adecuadas que, desgraciadamente no se cumplen en muchas calles. 

La administración local ha de anticiparse a la mayor demanda peatonal que se producirá en cuanto se comience a levantar de forma escalonada el confinamiento, aplicando medidas que garanticen el derecho a la salud. 

Las medidas concretas que proponen Andando y La Zancada para Cádiz son las siguientes:   

1. Ampliar temporal o definitivamente las aceras en aquellas calles en las que la anchura no es la adecuada. Para reducir el riesgo de contagio es imprescindible contar con espacio que permita guardar una distancia de seguridad adecuada (las autoridades sanitarias recomiendan entre 1,5 y 2 metros de separación); suponiendo que una persona requiere entre 0,7 y 0,8 metros para caminar, la anchura mínima para poder hacerlo seguros es de 3 metros. Allí donde no se puede garantizar de otra forma la distancia de seguridad en las aceras, debería autorizarse el uso de la calzada.

2 . Crear espacios compartidos con prioridad peatonal y máxima velocidad 20 km/h, recurriendo para ello al empleo de la señal S-28 (Zonas 20) y convertir el mayor número posible de calles en espacios sin tráfico a motor, limitando su uso al estrictamente necesario para el acceso a garajes, abastecimiento comercial, traslado de personas con movilidad reducida y seguridad pública, con la velocidad limitada a 10 km/h. 

3. Calmado del tráfico. Las administraciones públicas deben garantizar que los desplazamientos a pie sean seguros, no solo desde el punto de vista del contagio, sino también de la seguridad vial, pues se ha observado que la reducción del tráfico motorizado incide en mayores velocidades de los vehículos a motor; el calmado del tráfico, al hacer más tranquila y amable la calle, favorece los desplazamientos activos, el caminar y el desplazamiento en bicicleta. 

4. Modificar en favor del peatón los ciclos semafóricos, especialmente en las avenidas longitudinales de extramuros, para reducir el riesgo de contagio derivado de la concentración de peatones en los pasos de cebra.

5. Finalmente, conviene reabrir las zonas verdes y los espacios libres de la ciudad con el fin de aumentar la oferta de espacios urbanos y la distancia de seguridad de las personas que caminan, ya sea para los desplazamientos como para la actividad recreativa, fundamental para la salud física y mental de las personas después del largo confinamiento en los hogares.

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