Últimas noticias
Jue. Nov 21st, 2024

Rosa FreyreUn nuevo fenómeno que cobra cada vez mas fuerza dentro del mundo de las tecnologías y las redes sociales son los canales «youtuber», si bien es algo bastante común que una persona adulta pues tenga su propio canal en el que se dedica a demostrar sus habilidades o a hablarnos de la existencia de vida inteligente más allá de nuestro planeta Tierra; no obstante, otra moda que amenaza con arrasar entre nuestros niños, eso sí, siempre que cuenten con el permiso de sus padres, si son menores de catorce años, son estos canales con temática propia de su edad.

El fenómeno o moda en cuestión es el de los llamados «NIÑOS YOUTUBER», que consiste, sencilla y llanamente, en que un menor de siete u ocho años, pongamos por ejemplo, pues puede tener su propio canal de youtube, a través del que muestra a todo aquél que quiera acceder a su cuenta, sus gustos, la forma en que pasa su tiempo, si tiene alguna afición especial, e incluso va mostrando a su público infantil, el medio en el que vive, sus juguetes, y todo aquello que conforma su vida familiar y de recreo.

Esta nueva moda hace que niños inconscientes de lo que significa perder el anonimato que les permite disfrutar como niños que son de todo lo que significa la infancia, sí que les lleva a competir con la finalidad de conseguir seguidores, y a mayor número de seguidores, pues más rentable se vuelve la cuenta de youtube, toda vez que la fórmula de ganar dinero con este medio es la de insertar publicidad de productos que están al alcance de los titulares de los canales, como pueden ser marcas de juguetes, golosinas, y todo tipo de objetos que están integrados en el universo personal del niño. Es decir, hablando claro, convertimos a nuestros hijos en máquinas de hacer dinero.

Este nuevo canal de comunicación -que así se define-, lo que pretende es que los niños hablen con otros niños utilizando su propio lenguaje e intercambiando todo tipo de opiniones sobre determinados juegos, aficiones e incluso formas de entender lo que es la diversión, siendo ya numerosos los niños que en nuestro país cuentan con canales de esta naturaleza. Evidentemente, es un tiempo que les impide el contacto directo con otros niños, pese a que se insista en el hecho de que sirve de comunicación, algo que es cierto, pero una comunicación limitada por la distancia.

Es un hecho demostrado y avalado por muchos informes de profesionales que velan por los derechos de los niños y porque éstos crezcan en un medio que les permita realizarse como personas adultas del todo preparadas para el mundo real, que estos métodos son una forma errónea de inducir en el niño una competitividad que puede hacerles llegar incluso a generarles estados de ansiedad, otras veces, euforia, y en la mayor parte de los casos frustración, cuando su canal youtube deja de ser favorito o pierde número de seguidores.

Y detrás de los niños youtuber existe una paternidad y maternidad que debería de ser responsable, en la medida en que están conduciendo a sus hijos a través de las últimas tecnologías,  a situaciones y circunstancias, inicialmente simpáticas e inocentes, pero en las que con el tiempo los padres asumen la posición del niño en el canal, eso sí, de forma encubierta, y van guiando a su pequeño en todas y cada una de sus actuaciones hasta convertirlo en una auténtica marioneta.

Las tecnologías modernas que conocemos y las que en un futuro vayan surgiendo, deben de estar al servicio de la persona, del ser humano que las utilice para satisfacer determinada necesidad o para sencillamente divertirse, y fomentar el contacto interpersonal. El hecho de que los adultos nos sirvamos de todo tipo de aplicaciones pues es nuestra responsabilidad, pero que permitamos que nuestros hijos protagonicen actuaciones, porque son eso, actuaciones, en canales youtube, excede de lo que debe de formar parte de la vida normal de un niño, que debe desarrollarse en la familia, en la escuela, y con sus amigos mediante el juego y la diversión.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el hecho de que el niño triunfador de su propio canal youtube, va creciendo y evidentemente, los contenidos de su canal deberán de ir adaptándose a lo que implica su desarrollo personal, algo que puede no funcionar de cara a un público que le ha sido fiel durante algunos años.

Ello puede traer graves consecuencias sobre el niño, ya joven, que ve como una de sus aficiones, o quizá, la única, se rompe en mil pedazos y le acarreará problemas que pueden afectar a su mundo emocional, al saberse que ya no son aquello que tantos aplaudían. Ello implicaría incluso crisis de identidad y problemas de adaptación en la que es una nueva etapa de su vida.

Todos los que usamos de las redes sociales y aplicaciones que nos facilitan las tecnologías más avanzadas nos sorprendemos cuando nuestros perfiles, a veces, son falseados, porque dentro de lo que es mundo virtual nadie es nadie y todos podemos llegar a ser todos, para ello tan solo es necesario carecer de integridad, y no tener escrúpulos para lucrarnos a base de la buena voluntad de las personas.

Desde mi punto de vista, y en la medida de lo posible, la fórmula por la que los «NIÑOS YOUTUBER» pueden convertirse en auténticas estrellas de un universo virtual es un tremendo error. Como persona que ha vivido una niñez en la que no existían todas estas tecnologías, y teniendo a la vista lo que estos medios ponen al alcance de niños del todo moldeables, hacerles los protagonistas de un «sueño» que puede desaparecer con el tiempo, es privarles de una infancia que debe de desarrollarse por unos cauces del todo normales, y que fomenten en el niño valores que les permitan, cuando sean adultos, tomar las decisiones más adecuadas en cada momento.

Si en una parte de nuestro mundo los niños son castigados, mutilados y privados de la infancia como consecuencia de guerras y conflictos sin sentido, en otra, y mediante los métodos tecnológicos más avanzados, les estamos impidiendo disfrutar de la experiencia más maravillosa de un ser humano: su infancia.

 

 

 

Related Post