La concejala de Vivienda, Eva Tubío, acompañada del director de departamento de Promoción y Proyectos de Procasa, José Antonio Galindo, y del arquitecto coordinador del equipo Espacio en Común Sociedad Cooperativa Andaluza, Mario Estevill, han presentado hoy el estudio realizado para analizar las viviendas deshabitadas existentes en la ciudad. La concejala de Vivienda, Eva Tubío, ha explicado que este mapa “es una herramienta muy útil para nuestra ciudad que será incluida en el Plan Municipal de la Vivienda y nos permitirá saber cuáles son las zonas más prioritarias para centrar las políticas de vivienda. No sólo contempla las fincas deshabitadas, también las que se dedican a uso turístico o la edad de los edificios unos datos que se completan con el mapa de infravivienda ya elaborado”.
Eva Tubío ha detallado que este estudio “ha partido, como premisa, del marco jurídico existente, utilizándose única y exclusivamente conceptos y definiciones establecidos en las leyes y en normas reglamentarias de aplicación, empezando por el concepto de vivienda deshabitada, la clasificación de las viviendas existentes, el concepto de residencia habitual y permanente, las viviendas con finalidad turísticas, etc…”
De igual manera, todas las fuentes de información que se han utilizado, tienen su soporte en la legislación de aplicación, siendo en su mayoría información que se encuentra en manos de las administraciones públicas o registros administrativos, por lo que las fuentes y datos que se desprenden de ellas son del máximo carácter oficial posible (padrón de habitantes, ficheros catastrales, datos de compañías suministradoras, registro de turismo de Andalucía, etc…)
Desde Procasa, José Antonio Galindo, ha subrayado que este estudio de viviendas deshabitadas “se complementa con el presentado de infraviviendas puesto que existen muchas fincas en Cádiz que no se pueden considerar infravivienda pero tampoco son habitables”.
El arquitecto coordinador del equipo Espacio en Común Sociedad Cooperativa Andaluza (encargada de elaborar este estudio), Mario Estevill ha explicado con detalles todo el proceso seguido para elaborar este mapa
Para ello, en primer lugar se han identificado y “mapeado” las viviendas existentes (viviendas familiares) en el término municipal de Cádiz, utilizando básicamente datos del Catastro y del Gestor de Direcciones Postales del IECA.
Respecto de este segundo grupo, Secundarias o Deshabitadas, se ha aplicado el filtro de consumos de abastecimiento de agua para determinar cuáles se encuentran deshabitadas, según presunción establecida en la Ley, por no contar con suministros o ser los consumos inferiores a los allí establecidos.
Para detectar las viviendas con finalidad turística, hemos aplicado al grupo de las Viviendas Secundarias o Deshabitadas, el filtro de las viviendas incluidas en el Registro de Turismo de Andalucía, así como aquellas viviendas anunciadas en uno de los principales canales de difusión turística, de conformidad con la presunción establecida en el Decreto andaluz de viviendas con fines turísticos.
Tras la elaboración de este intenso trabajo, el estudio recoge que, a fecha de enero de 2017, la ciudad de Cádiz cuenta con 54.745 viviendas en las que residen 119.364 personas, de las que más del 12% son demandantes de vivienda protegida.
La vivienda deshabitada en Cádiz está en torno al 9%. Existen barrios intramuros donde llega a duplicarse: Callejones (23,47%), San Antonio (17,66%) o San Francisco-Mina (16,51%).
La edad media del parque residencial supera los 50 años. Existen barrios intramuros donde la media supera los 60 y más años: Falla (1957), Candelaria (1953) o San Francisco-Mina (1953); también en Brunete se supera (1954).
El índice de presión turística está en torno al 3%. Se agudiza de forma considerable en zonas de intramuros: Mentidero (7.34%), Falla (6.79%) o Candelaria (6.67%); en San Francisco-Mina llega casi a triplicarse (8.56%).
Tubío señala que “en definitiva, el número de viviendas deshabitadas es similar a otras ciudades; no obstante atendiendo al número de demandantes de vivienda, que es cuatro veces superior a la media andaluza, nos lleva a la necesidad de facilitar la disponibilidad de esa vivienda para el cumplimiento de su fin social. La antigüedad y deterioro del parque residencial es una de las razones de la desocupación de estas viviendas, por lo tanto es imprescindible retomar las políticas de rehabilitación que la Junta de Andalucía interrumpió drásticamente hace diez años y con las que el Ayuntamiento se compromete a colaborar. También mediaremos con particulares y con las diferentes entidades propietarias de estas viviendas para su puesta a disposición de los demandantes”