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Miembros del Consejo de Cultura del Ayuntamiento se rebelan: del ninguneo a sus propuestas a la injerencia de Paco Cano

Paco Cano (Foto: Eulogio García)

La última reunión del Consejo de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz celebrada el pasado viernes ha puesto en pie de guerra a una parte de sus miembros. La Mesa del Sector Cultural, que elige a cuatro de los once miembros del Consejo de Cultura con derecho a voto, ha acusado mediante un comunicado a la concejala de Cultura, Lola Cazalilla y al de Participación Ciudadana, Paco Cano, de saltarse el reglamento que regula este órgano y pretender sustituirlo por otro afín a sus intereses.

La cuestión principal de desacuerdo de la Mesa del Sector Cultural es el papel de Paco Cano en el Consejo de Cultura, asumiendo las funciones de la presidencia sin ni siquiera ser miembro del Consejo. Pero no acaba ahí la injerencia denunciada ya que según el comunicado el propio Cano invitó a la reunión telemática a otras personas que tampoco pertenecen al Consejo, por lo que no tienen voz ni voto en el mismo.

Las discrepancias en el seno del Consejo de Cultura vienen de lejos. En una reunión anterior la concejala de Cultura, Lola Cazalilla, descartó «automáticamente» las propuestas que se llevaban meses trabajando en la Mesa del Sector Cultural calificándolas de «carta de los reyes magos».

La respuesta de la Concejalía de Cultura a este desencuentro ha sido la convocatoria para el próximo 6 de mayo de un «encuentro con la cultura profesional» en un intento de desacreditar la participación ciudadana en el Consejo de Cultura y usurpar sus funciones. Después de todo el Consejo de Cultura tiene un funcionamiento sujeto a un reglamento y sus integrantes se eligen de forma democrática mientras que el «encuentro profesional» está abierto a la participación «todos los agentes y voces profesionales culturales de la ciudad». Esta participación abierta podría dar lugar a la entrada de personas afines a la representación del Equipo de Gobierno para diluir la voz de los críticos.

Una estructura compleja

El Consejo de Cultura lo componen trece miembros, de los que once tienen derecho a voz y voto y dos solo voz. La presidencia la ocupa la concejala de Cultura, Lola Cazalilla. Además existe una secretaría técnica y once vocalías. Una vocalía la ostenta un representante de la Delegación de Cultura, cuatro los grupos políticos representados en la Corporación, otros cuatro son elegidos por la Mesa del Sector Cultural y los dos restantes son especialistas independientes con voz pero sin voto. Según el reglamento la Mesa del Sector Cultural cuenta con el mismo número de vocales que los grupos políticos, por lo que su número varía de un mandato municipal a otro. Actualmente las vocalías de los especialistas independientes están vacantes, al haber dimitido por motivos personales las personas que las ocupaban. Otra de las quejas de la Mesa del Sector Cultural es que estas dimisiones no han sido comunicadas ni tratadas en el Consejo.

Por su parte, la Mesa de la Cultura está compuesta por los coordinadores y secretarios de las mesas de participación, que son sectoriales. En la actualidad están constituidas cinco mesas de participación (literatura, flamenco, teatro, música y audiovisuales), por lo que serían diez los integrantes de la Mesa del Sector Cultural, de donde saldrían los cuatro vocales del Consejo de Cultura. Sectores como la danza o las artes plásticas no están representados al no haberse constituido mesas al efecto. La mesas surgen de la iniciativa ciudadana.

El descontento del sector cultural parte de que “nuestra posición era trabajar (siempre altruistamente) para la ciudadanía. Ahora el nuevo equipo de gobierno (del mismo partido que creó el consejo), nos presupone otros intereses distintos y nos ataca y deslegitima por esa creencia”, argumentan.

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