La Delegación de Urbanismo, bajo tutela y dirección del arqueólogo municipal José María Gener Basallote, ha restaurado las dos esculturas con forma de león que forman parte de la portada principal del Castillo de San Sebastián. Su mal estado de conservación y los fuertes temporales que azotan en la zona donde se ubica la fortificación motivaron que una de estas piezas se desplomara, provocando su fragmentación en nueve unidades además de mermas. Son leones conocidos en la heráldica como rampantes, es decir, con las patas delanteras alzadas y están realizados en piedra caliza blanca.
Con el fin de evitar que estas restauradas esculturas -catalogadas como Bien de Interés Cultural- vuelvan a deteriorarse, el Ayuntamiento de Cádiz ha optado por no recolocarlas en la puerta principal de San Sebastián, a la intemperie y sufriendo las inclemencias del tiempo, sino por ubicarlas a cubierto en un lugar cercano y expuestas al público. Así, las piezas simétricas han sido trasladadas a la capilla del Castillo de Santa Catalina, y junto a ellas se ha colocado un panel informativo en el que se detalla el diagnóstico que presentaba cada pieza antes de ser restaurada, se muestran imágenes del estado en el que se encontraban y se explica el tratamiento ejecutado en cada caso.
Ambas figuras han sido sometidas a una limpieza mecánica para eliminar la suciedad superficial y los materiales ajenos que presentaban. En el caso concreto de una de ellas, la peor conservada, se le ha realizado una reconstrucción y una reintegración de volumen con mortero de cal a bajo nivel como criterio diferenciador; y a la que presenta mejor estado de conservación se le ha realizado una eliminación de morteros de cemento. Asimismo, se ha desarrollado una actuación de pre-consolidación y consolidación con materiales compatibles a estos dos bienes y se les ha aplicado una capa de protección.
El Castillo de San Sebastián fue construido en los primeros años del siglo XVIII, en torno a 1706. No obstante, no se sabe la fecha de la colocación de los leones en la fachada principal, pues no aparecen en varios planos que datan de 1770, lo que pone en duda si fueron esculpidos en el mismo momento que el escudo elíptico que remata la portada del Castillo.
El concejal delegado de Urbanismo, Martín Vila, ha expresado su “satisfacción” por la restauración de estos dos BIC. “Una actuación -ha destacado- que supone la recuperación de parte de nuestro patrimonio, que no sólo debe ser protegido sino también puesto en valor, de ahí que hayamos optado por colocar las dos piezas en Santa Catalina, un enclave cercano al que se encontraban donde están protegidas bajo techo y la ciudadanía puede contemplarlas”. “La conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio histórico es una prioridad de este Equipo de Gobierno”, ha aseverado el primer teniente de alcalde.