Los desplazamientos peatonales suponen más del 50% de los realizados en nuestro país y en la ciudad de Cádiz. Sin embargo, la movilidad peatonal ocupa el último puesto en la consideración por parte de las políticas públicas y el día a día de la gestión de nuestras ciudades. El reparto del espacio público resulta desproporcionado, pues se destina entre un 70 y un 80% del mismo a superficie de circulación y aparcamiento de automóviles. Los presupuestos municipales dedicados al peatón resultan además ínfimos (no van más allá de pequeñas obritas) en comparación con los millones de euros destinados anualmente a mantener, facilitar y promover el tráfico motorizado. En una ciudad como Cádiz, con menos de 7 km de longitud, el 69% de los automóviles en circulación realizan desplazamientos a escala municipal, que en su mayor parte no superan los 3 km de distancia. Como consecuencia de todo ello, la ciudadanía vive sometida al tráfico motorizado, algo que sufren muy especialmente las personas con movilidad reducida, y la calidad de la vida urbana queda gravemente dañada: son escasos los espacios peatonales para el libre esparcimiento ciudadano, se convive con índices nocivos de ruido y emisiones contaminantes, y sigue aumentando el número de peatones víctimas de atropello por vehículos motorizados.
Para provocar un cambio en esa situación, el pasado jueves 9 de marzo se constituyó la Asociación Gaditana de Peatones «La Zancada», que tiene entre sus fines:
1. Promover un modelo de movilidad que dé prioridad a los desplazamientos de los peatones, seguido del ciclista y en transporte público, frente a los realizados en vehículos motorizados privados
2. Defender el derecho ciudadano a desplazarse peatonalmente de manera segura, cómoda y sin barreras, en un entorno no contaminado atmosférica o acústicamente; y en particular el de las personas con movilidad reducida: los niños y niñas, las personas mayores, las personas con discapacidad, las embarazadas, los accidentados temporales y cualquiera con dificultad para transitar por la vía pública.
3. Promover un modelo de ciudad que anteponga la función estancial, de convivencia y de interacción social del espacio público a las de circulación y estacionamiento en superficie de vehículos motorizados privados.
4. Reclamar la inclusión de los intereses de los viandantes en la agenda social y política, en la planificación urbana y en el futuro desarrollo de la ciudad.
5. Velar por el cumplimiento de las normativas que incumban al peatón, así como salvaguardar los derechos de las personas en orden a elevar su disfrute del espacio público y por ende de su calidad de vida.
6. Reivindicar el derecho a la ciudad como proyecto colectivo y democrático, pensado para satisfacer las necesidades humanas frente a la apropiación y el beneficio privados, tal y como se recoge en las disposiciones de la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad.
Cádiz lleva, respecto a otras ciudades de nuestro contexto cultural, dos décadas de retraso en la aplicación de políticas en favor del peatón, de la movilidad sostenible, de la accesibilidad y de la recuperación del espacio público para la ciudadanía. Por ello, es imprescindible romper el continuismo y dar un giro de 180° hacia dichas políticas. No es ya momento de tratar de cambiar las cosas con pequeños pasos, es necesario dar pasos de gigantes. Es el momento de las zancadas.