La Constitución de 1978 es el documento legal que más tiempo ha estado en vigor en toda nuestra Historia. Desde la Constitución de 1812, promulgada en Cádiz y conocida popularmente como “La Pepa”, que quiso ser revolucionaria en muchos aspectos pero que desgraciadamente tuvo poca vigencia, hasta la actual, han existido una decena larga de constituciones en nuestro país, cada una heredera de su tiempo concreto, pero ninguna con el recorrido que ha tenido la actual.
Sin ser un texto perfecto, nos dio las herramientas para construir dos cosas: la democracia, tras 40 años de cruel dictadura franquista, y el Estado del Bienestar, es decir, el conjunto de decisiones y acciones llevadas a cabo por un gobierno, tomadas con el fin de cubrir las necesidades básicas de la población a través de la redistribución de la riqueza y la inversión del gasto público en la mejora de aspectos sociales y económicos.
Tras 45 años, debemos constatar que la Constitución de 1978 se ha quedado anclada en el pasado. Partidos como el que yo represento, Izquierda Unida, agradece que la actual Carta Magna nos haya dado esas herramientas para desarrollarnos como sociedad, pero reclamamos un nuevo conjunto de leyes que estén adaptadas a la actualidad. Pasa así con todos los marcos normativos y no entendemos como los partidos de derecha se empeñan en negarse a realizar avances en este campo.
Por ejemplo, somos miembro de pleno derecho de la Unión Europea y no hay mención a ello en el texto de la Constitución. Otro ejemplo: se habla de que España es un estado constituido por comunidades autónomas, pero no ha existido una reforma que hiciera mención a ninguna de ellas, una vez desarrollado el estado de las autonomías.
Por no hablar de conceptos claves, asumidos por toda la sociedad como es la igualdad entre hombres y mujeres, logro conseguido gracias a la lucha feminista en el último medio siglo de nuestra Historia. Se habla de igualdad entre ciudadanos, pero no hay mención concreta a la igualdad entre géneros. Es algo que tenemos que adaptar, no a través de una reforma de la Constitución y sí a través de la redacción de un nuevo texto elaborado por nuevos padres y madres de la Carta Magna.
No podemos obviar que en ese marco de igualdad que describe la Constitución, hoy tampoco se cumple en lo referente al respeto a diversos colectivos como el LGTBIQ+, sometido a persecución por determinados partidos políticos, que incumplen así de forma sistemática, lo dictado por la Constitución del 78.
En la actualidad, en un marco donde el pensamiento de extrema derecha crece en la sociedad, es sintomático y bastante curioso que defender lo que está escrito en la Constitución es casi de extrema izquierda. Solo hay que repasar sus artículos para darse cuenta de que el programa ideológico de IU a grandes rasgos, es básicamente lo expuesto en el texto de la Constitución de 1978.
Por ejemplo, en el artículo 128 dice: “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general (…)”. Es curioso que cuando desde IU decíamos esto, la derecha nos tachaba de extremistas. Señal de que ni siquiera se habían leído la Constitución que decían defender y amar con tanto ahínco. Pero es que lo que dice ese artículo 128 es lo que debe hacerse en la realidad, pero no se ha hecho. Lo vimos en la crisis surgida en 2008, cuando el Gobierno de la derecha rescató a los bancos y abandonó a la ciudadanía, incumpliendo de paso el mandato de la Constitución.
El artículo 9.2 habla de lo siguiente: “corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad e igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas y remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud”. Pensemos en las miles de mujeres asesinadas por la violencia machista en los últimos 25 años. O en la homofobia y el racismo imperante en muchas partes de la sociedad, amparadas por ejemplo por un partido de ultraderecha que hoy cuenta con representación en las principales instituciones del Estado. Tampoco se cumple este artículo de la Constitución por parte de partidos que dicen “amarla” o “defenderla”.
Esa Constitución tan manoseada por la derecha y la ultraderecha también dice en su artículo 47 lo siguiente: “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada y atribuye a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho”. Hay muchas familias que no pueden disfrutar de una vivienda digna. Y no he visto a los partidos de la derecha o ultraderecha quejándose de ello. Nosotros sí. Siempre lo tuvimos claro y ahora, siendo alcaldesa de mi ciudad, es un problema que me quita el sueño, aunque ya estamos trabajando para intentar dar cumplimiento a este artículo 47 desde el poder local.
Antes de pensar en redactar una nueva ley de leyes, tenemos que cumplir con lo que dice la actual. La crítica que nosotros le hacemos no es porque sea una mala Constitución sino porque los distintos Gobiernos de UCD, PSOE y PP no han puesto las bases para cumplirla en su totalidad. El actual Gobierno de coalición es el que más lejos ha llegado en su cumplimiento, desplegando unas políticas sociales nunca vistas hasta ahora.
Desgraciadamente, tenemos a formaciones políticas a las que se les llena la boca defendiendo la Constitución a pesar de que estuvieron en contra de ella y no han hecho nada por su cumplimiento. Parece que solo les importa un artículo de todos los que tiene el documento: ese que habla de la unidad de España. Si España se rompe es porque los ciudadanos y ciudadanas de este país no disfrutan de una igualdad efectiva. Si España se rompe es porque las mujeres siguen siendo asesinadas por el hecho de ser mujer. Si España se rompe es porque hay familias que no tienen vivienda digna. La gente de la calle necesita el cumplimiento del principal conjunto de leyes del país. Algo que gracias a la derecha no hemos conseguido en 40 años. Afortunadamente, algunas formaciones políticas tenemos las ganas, tenemos las ideas y sabemos qué debemos hacer para cumplir con la Constitución.
Un día como hoy no debe ser un recuerdo vacío del día en que los españoles y las españolas votaron “sí” a la Constitución. Tiene que servir para darnos cuenta del camino que aún queda por recorrer. Pongámonos a ello.
CARMEN ÁLVAREZ
Alcaldesa de Sanlúcar de Barrameda y coordinadora local de IU Sanlúcar