Me parece bien que el Equipo de Gobierno no vaya hoy a la procesión de la Patrona pero no estaría mal que marcaran un criterio y así no habría necesidad de anunciarlo en cada acontecimiento y se evita el enfrentamiento entre valedores y detractores cada pocos meses.
Ustedes podrían pensar que a qué viene un socialista dando lecciones justo ahora para eludir conflictos. Pues no les falta razón pero con su permiso voy a seguir a lo mío.
No entiendo muy bien el «aprendizaje colectivo» que José María González ha puesto en marcha para desvincularse de los festejos religiosos poquito a poco, anunciando lo que va a hacer en cada acontecimiento. Es como si el Ayuntamiento se estuviera desintoxicando de algo. Será que yo no soy docente y él sí pero creo que hubiera sido más pedagógico anunciar de una vez que este Equipo de Gobierno no va a participar representando al Consistorio en ninguna procesión y que cuando algún miembro acuda a una manifestación de este tipo lo hará a título personal como ciudadano sin ocupar ningún lugar de privilegio.
Comprendo que en sus primeros meses de mandato mantuviera una actitud titubeante para no centrar la crítica en temas superfluos pero ya nos vamos conociendo todos y no es necesario mantener esta impostura. Este comportamiento parece que busca soliviantar a capillitas y beatos haciéndoles pasar una penitencia previa, como si de un calentamiento se tratase.
Sinceramente no creo que la presencia del primer edil contribuya al éxito o al realce del cortejo. Más bien siempre he pensado que la participación de las autoridades en este tipo de acontecimientos busca dar una imagen de sometimiento, de temor a Dios, más que una muestra de respeto. El respeto lo demuestran también aquellos que se quedan en su casa.
Soy de la opinión junto con el alcalde en que no sería conveniente legislar sobre este asunto aunque sería deseable seguir profundizando en la separación entre el poder civil y el religioso. Así que cada munícipe o cada grupo político que actúe como le plazca. El que quiera acudir que acuda y el que no que no lo haga. Tan respetable es una opción como la otra. Al final, lo importante, es quién recibirá más aplausos y vítores, la Virgen del Rosario o Teófila Martínez.