Después de estar 42 años en coma, montar una chirigota y pasar a cuartos no está mal. Sobre todo con lo que ha cambiado el Carnaval desde entonces. La chirigota ‘El hombre que susurraba a las almohadas‘ vienen con su objetivo cumplido y a disfrutar de su actuación.
En el primer pasodoble recuerdan a los refugiados y a las dificultades que pone el primer mundo para permitir su entrada. En el segundo culpan al dinero y las televisiones como responsables de que en Carnaval no se escriban letras con libertad y el concurso sea políticamente correcto.
En el primer cuplé prueban un patinete eléctrico que le regalaron a su hijo y el segundo al alumbrado navideño de este año.
Estuvo mejor el repertorio que presentaron en preliminares. Una actuación digna pero que les deja sin posibilidades de acceder a las semifinales.