Hace solo 40 años la vimos desde el espacio, y nos dejo deslumbrado por su belleza. Hoy ella se venga de nuestra maldad, es la venganza de la madre Tierra. Según la FAO en 2015 la cifra de hambrientos en el mundo era de más de 850 millones de personas.
El cambio climático no solo ha empezado sino que está provocando la muerte de unas 315.000 personas cada año.
Este fenómeno no es “natural”, sino inducido por nosotros mismos. Los gastos astronómicos en la carrera espacial, el asesino negocio del armamentismo, de las guerras de Irak, Afganistán.
Guerras que tanto les gustan a los presidentes americanos, frente al consumismo y el derroche energético, la Tierra grita de dolor.
La última crisis, hija del capitalismo neoliberal, embrutecido en la usura, e inhumano ha ignorado e ignora los sufrimientos de los pobres así como las limitaciones reales de la Tierra.
El cambio climático es el mayor desafío humanitario de nuestro tiempo, por ello es necesario, es urgente, cambiar de una vez nuestro modelo económico porque el capitalismo no tiene lugar para cuidadores/as, sino solo para explotadores/as y consumidores/as.
Por eso se impone una nueva ética, una ética subversiva en donde impere conciencia y conocimiento, la conciencia de nuestra pertenencia a la naturaleza y el conocimiento de que el capitalismo nos ha llevado a una crisis antropológica, en una pérdida del sentido de pertenencia a un proyecto común como es la propia vida, y ello se traduce en un comportamiento destructivo hacia la naturaleza, con secuelas nefastas para nosotros mismos.
La pregunta es, ¿Lo sabrán nuestros políticos?
Parece que no , que ellos se encuentran en otra dimensión. En nuestro país por ejemplo , nos están preparando unas tarjetas de invitación navideñas especiales con derecho al voto el día 25 de Diciembre, no le importan nada que se sigan apagando cada día la triste mirada de millares de niños/as inocentes.
Y eso no lo podemos seguir permitiendo ni un minuto más.