Todos sabemos quién es Demetrio Fernández, el obispo de Córdoba, que ha celebrado en público el resultado electoral en Andalucía que permite que pueda gobernar la derecha en Andalucía con la ultraderecha de Vox.
Un obispo que fue nombrado por el conservador papa Juan Pablo II y que se ha hecho célebre por sus declaraciones muy polémicas. Así llegó a decir que «la UNESCO había concebido un plan para que la mitad del mundo fuera homosexual» o que la fecundación in vitro era un «aquelarre científico».
Un obispo que tiene presentada dos denuncias en la fiscalía de Córdoba por sus ataques a los homosexuales y que sus actitudes tan provocadoras llevó a que se iniciara en change.org una campaña internacional de recogida de firmas pidiendo su destitución.
También le negó, junto con su párroco, el derecho a un transexual a ser padrino de su sobrina.
Igualmente mantuvo en su cargo a un cura condenado por abusos sexuales a 6 niñas, a pesar de conocer los hechos. El cura al fin entró en prisión a cumplir 11 años de condena tras sentencia firme
También le escribieron al papa denunciando todas estas actitudes y pidiendo su destitución.
Este es el obispo que hoy se regocija de que la derecha y la ultraderecha puedan gobernar en Andalucía.
Por supuesto que como ciudadano español es muy libre de pensar como quiera y de expresarlo, pero como pastor de una diócesis donde existen católicos que votan a partidos de todas las tendencias políticas, (también de izquierda) su postura indica una gran falta de prudencia y de ecuanimidad para poder ser pastor de todos sin entrar en la refriega política y en las opciones partidarias de unos contra otros.
Qué distinto de la postura del cardenal Tarancón en la transición que nunca quiso involucrarse con ninguna opción política y supo mantener su neutralidad, aunque los grupos derechistas le hicieran las famosas pintadas de «Tarancón al paredón»
Este obispo, como muchos otros que por desgracia hay en España, debería haber sido cesado hace ya tiempo. No es este el tipo de obispo que Francisco viene reclamando cuando dice que el obispo » es un administrador de Dios, no de los bienes, no del poder, de las «camarillas»,no: de Dios».
Actitudes de este obispo vienen a dar la razón a todos los que piensan que la jerarquía siempre está con la derecha. Más, con la postura que tuvo durante los 40 años de franquismo y su papel jugado en la sublevación de Franco contra el poder legítimo de la República.
Mi más firme rechazo a sus declaraciones.