El sector teme el impacto de la crisis económica en la demanda de productos pesqueros que, junto a las limitaciones impuestas por el COVID, amenaza su futuro
La paulatina apertura del canal HORECA, propiciada por la entrada en las Fases 1 y 2 de la desescalada, no está cubriendo las expectativas del sector pesquero, que confiaba en una recuperación de precios y ventas. De hecho, se calcula que estás últimas han bajado en torno a un 10%, sin que mejore tampoco la demanda de mariscos y especies típicas de la restauración como el besugo o a la dorada y el rodaballo salvajes. Y, en cuanto a los precios, se mantiene el desplome iniciado hace cuatro semanas en la primera venta de merluza, gallo y rape.
Los responsables del Comité de Crisis del sector, integrado por la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), la Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados (FEDEPESCA) –cuyas pescaderías empiezan a recuperar su horario habitual– y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), temen el impacto que la crisis económica que se está generando puede tener en el comercio de productos pesqueros, cuya caída supone una amenaza para el futuro de su actividad, afectada, además, por las restricciones que ha impuesto el periodo de alarma decretado para frenar el avance del COVID-19.
A la espera de que se produzca la recuperación de la hostelería y la restauración, el Comité de Crisis anima a los consumidores españoles y a las empresas de distribución a apoyar al sector, cuya prioridad sigue siendo garantizar el abastecimiento del mercado, comprando pescado capturado por buques españoles, legal, sostenible y saludable, y fomenta la corresponsabilidad de todos los eslabones de la cadena comercial para ofrecer el pescado a precios proporcionales a los de primera venta.
Con este mismo objetivo, y ante una posible recesión más dura que la de 2008, el sector confía en que la Unión Europea escuche la solicitud del Ejecutivo español e incremente el porcentaje de cuota que se puede trasladar de este año a 2021 así como la dotación del Fondo Europeo Marítimo Pesquero (FEMP) de manera que ayude a hacer frente a los efectos de la crisis en la pesca.
Asimismo, el sector demanda compensaciones para los trabajadores y empresas que hayan mantenido su actividad pese a registrar pérdidas, exoneración de tributos (IVA, IAE, IRPF), tasas y cuotas a la Seguridad Social.
Por otra parte, ante la ausencia de noticias del Ministerio de Sanidad con respecto a la solicitud de autorización para la compra de test serológicos de detección de laCOVID-19, las empresas han ido buscando soluciones por su cuenta para realizar las pruebas e intentar garantizar la salud de los pescadores. Así mismo, continúan realizando gestiones, con la colaboración de la Secretaría General de Pesca y de las Embajadas de España en terceros países, para conseguir agilizar el relevo de las tripulaciones en los buques de pesca de altura que trabajan en aguas de terceros países y en alta mar –siguen pendientes los reemplazos en Senegal, Costa de Marfil, Namibia, Mauritania, Perú o Papeete, entre otros–.