Activistas de todo el mundo y del Estado español se han unido para denunciar la inacción de los gobiernos frente a la Emergencia Climática y también a la crisis sanitaria, consecuencia directa de la pérdida de biodiversidad y de un proceso de globalización que no conoce límites. Según las Naciones Unidas, la falta de ambición en los compromisos de los países nos lleva hacia un aumento de la temperatura global muy por encima de los 3ºC, lo que provocaría consecuencias catastróficas para las sociedades humanas y los ecosistemas.
Las jóvenes volvemos a las calles empujadas por la urgencia de la situación. Los colectivos ‘El Brote Rebelde’, ‘Ecologistas en Acción’ (Puerto de Santa María y Agaden) y ‘Greenpeace’, integrados en la plataforma internacional ‘Rebelión por el Clima’ y en la local de ‘Cádiz por el Clima’, han realizado una ‘performance’ en las Puertas de Tierra de Cádiz, frente a la ciudadanía, reprochando las “promesas vacías” e inacción de los gobiernos frente a la grave Crisis Climática y Ecológica. En ella se podía ver cómo un hombre vestido de chaqueta y con un maletín repleto de billetes, simbolizando los intereses de los gobiernos, tendía documentos mojados sobre los protocolos climáticos mundiales realizados hasta la fecha, indicando que todos estos acuerdos están siendo para las instituciones ‘papel mojado’, hasta la fecha,. Además, el resto de participantes sostenían carteles con distintos mensajes-protesta y tres que exigían “No+ promesas vacías”.
Estamos hartas de tantas falsas promesas y políticas nada ambiciosas. La llegada de los fondos ‘Next Generation EU’ al Estado español de 140.000 millones de euros, si no se utilizan adecuadamente, podría seguir inclinando la balanza hacia un sistema precarizador, explotador y ecocida, profundizando cadenas de desposesión y lucro, multiplicando deudas y vendiéndonos un futuro que ni es, ni será verde, ni resiliente, ni transformará nada.
Tenemos la oportunidad de actuar, de decidir sobre qué presente y futuro queremos avanzar: si hacia un modelo que sitúa el bienestar de las personas y el planeta en el centro, o mantener el actual, destruyendo vidas y territorios, explotando personas y acrecentando de forma acelerada las desigualdades sociales.
La precariedad de nuestras vidas ya está tocando límites. Vivimos en una sociedad enferma y un sistema depredador que no entiende de ciclos naturales ni de sostener las vidas que conviven en este planeta.
Necesitamos cambiar de rumbo, bajar el ritmo y hablar de necesidades, de vidas, cuerpos y ecosistemas, de salud comunitaria y planetaria.
No hay tiempo para discursos vacíos, necesitamos acciones valientes y ambiciosas. Construyamos un nuevo sistema poniendo a las personas y al planeta en el centro.