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El PSOE exige profundizar la vía diplomática para resolver el conflicto sobre la soberanía de Gibraltar

Por Redacción Oct 8, 2016 #Cádiz #política #psoe

salvador-de-la-encina-reindusEl diputado socialista Salvador de la Encina ha promovido en el Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley (PNL) que impulse la negociación sobre la soberanía de Gibraltar. Las últimas declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores afirmando que “pondré la bandera [española en Gibraltar] y mucho antes de lo que Picardo cree” ponen de manifiesto la falta de interés del Gobierno por resolver este asunto por la vía diplomática.

En la exposición de motivos de la PNL el Grupo Parlamentario Socialista recuerda los avances alcanzados en la última década en resolver el conflicto y los retrocesos que durante el Gobierno de Mariano Rajoy se han ido produciendo. Reproducimos a continuación el texto íntegro de la PNL.

EXPOSICION DE MOTIVOS

La reciente intervención del  Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación,  en funciones, del Gobierno de España ha puesto de manifiesto, una vez mas, la falta de una estrategia de Estado sobre Gibraltar por parte de España.

Se hace necesario  encontrar el consenso entre todos antes de plantear soluciones que no han sido debatidas ni han pasado por la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados. Una clara Estrategia de Estado pasa por asumir los cauces democráticos establecidos y contar con el mayor apoyo posible de las diferentes fuerzas políticas.

El Gobierno del Partido Popular ha propiciado durante sus años de gobierno la ruptura del marco del relaciones establecidas por el Foro de Dialogo sobre Gibraltar, de 16 de diciembre de 2004, y los Acuerdos de Córdoba, de 18 de septiembre de 2006, que, manteniendo las posiciones tradicionales de ambos Estados en las cuestiones de soberanía, buscaban beneficios directos sobre las poblaciones a ambos lados de la Verja.

El nuevo marco de relaciones establecido representaba un acontecimiento de primer orden en la cuestión de Gibraltar que hizo posible, por primera vez en la historia del contencioso, que la colaboración entre las partes pudiese tener efectos beneficiosos directos sobre los ciudadanos de ambos lados de la verja. Gibraltareños y campogibraltareños valoraron muy positivamente los cambios experimentados tras la implementación de lo acordado. Pero no sólo la población. La mayor expresión del buen momento que vivieron las relaciones se evidenció en el hecho de que la primera reunión del Foro de Diálogo, después de la Declaración de Córdoba, se celebrase en la propia ciudad de Gibraltar, el 26 de marzo de 2007. En ella se pudo constatar el buen clima existente y consiguió avanzar en un escenario consensuado entre las partes.

En este contexto es importante resaltar que el propio Gobierno de Gibraltar entendió y aceptó que las referencias a la cuestión de la soberanía debían ser bilaterales entre el Reino Unido y España, lo cual ponía de manifestó, en aquel entonces, la aceptación de los términos establecidos en el Proceso de Bruselas, de 1984.

La constitución del Foro de Diálogo, el 16 de diciembre de 2004, fue una novedad en las relaciones entre España y Gibraltar que desbloqueaba la situación post-referéndum creada a raíz de la propuesta británica de compartir con España la soberanía sobre el Peñón, en 2002. La fórmula del Foro basada en crear un ámbito para el diálogo añadía entonces, por primera vez, un elemento de vital importancia: el Gobierno gibraltareño, a través de su participación directa en el proceso de diálogo, estaba reconociendo la reclamación histórica de España, algo que se había negado a hacer hasta entonces.

La conquista de la confianza fue el principal resultado de aquel proceso que apostó por cuidar las formas y por alzar la cooperación por encima de las legítimas aspiraciones de soberanía. Desde el punto de vista gibraltareño, la creación del Foro de Diálogo sobre Gibraltar supuso el reconocimiento de la realidad de Gibraltar. Los gibraltareños consideraban el Foro un buen acuerdo por el cual ambos Estados aceptaban que el camino de la confianza y la normalización mutua mediante la cooperación local podría ser prometedor a largo plazo para las comunidades a ambos lados de la Verja.

La estrategia conjunta hispano-británica sobre el Foro de Dialogo y los Acuerdos de Córdoba abordaba cuestiones prácticas con efectos directos, para las poblaciones de Gibraltar y del Campo de Gibraltar, a la par que creaba un clima de mutua confianza que permitió despejar las secuelas derivadas del cierre de la verja facilitando el camino hacia una solución definitiva del tema de fondo de la soberanía.

Los dos países expresaron claramente que el Foro de Dialogo y los Acuerdos de Córdoba no alteraban en absoluto sus posicionamientos en materia de soberanía que estaban expuestos meridianamente claros en la Declaración de Córdoba. Ambas partes emitieron un Comunicado Conjunto de Prensa, con fecha 10 de noviembre de 2006, en el que volvían a insistir en que “ningún participante ha logrado avanzar su posición en materia de soberanía, y ningún participante ha hecho concesión alguna en materia de soberanía”. Además, deseaban aclarar que “el Foro de Diálogo sobre Gibraltar y las Declaraciones de Córdoba no tienen implicación alguna en relación con la posición de cualquiera de los participantes sobre la cuestión de la validez del Tratado de Utrecht”.

A pesar de las bondades de este marco de negociación que no alteraba las posiciones mantenidas históricamente por ambos Estados en relación a la soberanía, el Partido Popular en el Gobierno de España, desde diciembre de 2011, se dedicó a suspender los acuerdos a los que se había llegado hasta la parálisis total de los acuerdos y a la ruptura unilateral del marco de negociación y de la estrategia de Estado sobre la cuestión.

Se dinamitaron los acuerdos y se rompieron uno a uno los compromisos establecidos: la mejora del uso del aeropuerto ( no fue posible la instalación de la Terminal del Aeropuerto en La Línea de la Concepción); puso todas las dificultades para facilitar la fluidez en el paso de personas, vehículos y mercancías tal y como se había acordado (permitiendo colas de hasta 6 horas en el paso fronterizo) y se cerró la sede del Instituto Cervantes de Gibraltar, que pasaba por ser la única institución publica española en Gibraltar y ofrecía un intenso programa de cursos y actividades culturales.

El Grupo Parlamentario Socialista tiene un compromiso electoral claro explicitado en el programa electoral del PSOE. Su formulación es la siguiente:

“Reclamar la soberanía de Gibraltar y la aplicación del Derecho Europeo. Asimismo, favorecer los cauces y los foros acordados para resolver problemas de convivencia. En ese objetivo, proponer mantener en el peñón el Instituto Cervantes”.

Naturalmente el Brexit cambia el primer punto en relación a la aplicación del Derecho Europeo, que deberá adaptarse a lo que se acuerde finalmente en las negociaciones sobre el modelo de relación entre el Reino Unido y la Unión. El resto de la formulación está plenamente vigente para el PSOE.

En efecto, el referéndum celebrado en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte el 23 de junio de 2016 sobre su permanencia en la Unión Europea tuvo como resultado la victoria de aquellos que defendían la salida. Una vez conocido el resultado del referéndum se han realizado multitud de declaraciones por parte de diferentes líderes políticos sobre su significado, consecuencias y momento y forma de llevarse a cabo.

A la preocupación general sobre las repercusiones que para las empresas, los trabajadores y trabajadores y los y las estudiantes tendrá la salida del Reino Unido de la Unión Europea, desde la perspectiva española, se añade otro motivo de preocupación: Gibraltar.

La cuestión de Gibraltar no es solo una cuestión sobre la legítima pretensión española de que se proceda a su descolonización por parte del Reino Unido procediéndose a su reintegración a España, sino que afecta miles de ciudadanos y ciudadanas españoles que trabajan en el  Peñón, o cuyos negocios dependen de la relación con Gibraltar.

Desde el anuncio del resultado del referéndum británico y la confirmación por parte de las autoridades británicas de su compromiso con dicho resultado el Gobierno en funciones ha incrementado su actividad respecto la reivindicación de la soberanía española sobre Gibraltar. En concreto ha procedido anunciar a todos los que le han querido oír su plan de dejar fuera de las negociaciones del Brexit a la colonia británica y negociar con Londres un estatuto de cosoberanía británica y española sobre Gibraltar garantizando a dicho territorio un amplio estatuto de autonomía dentro de España.

En esta línea  de actividad el ministro de Asuntos Exteriores, D. José Manuel García-Margallo ha escrito a los 26 socios de la UE (excluido el Reino Unido) solicitando que Gibraltar quede fuera de la negociación de la salida del Reino Unido de la UE, en términos similares se ha dirigido al secretario del Foreign Office invitándole a abrir una negociación bilateral, y ha presentado su propuesta de cosoberanía ante el Comité Especial de Descolonización de la Asamblea General de la ONU.

La reclamación de la soberanía española sobre Gibraltar ha sido una constante de todos los Gobiernos de la democracia y un punto de encuentro entre el PSOE y el PP. Así no es de extrañar que los distintos Gobiernos hayan buscado el mayor grado de consenso parlamentario en torno a todas las iniciativas al respecto; como demuestra la última proposición no de ley aprobada por la Comisión de Asuntos Exteriores de esta Cámara al respecto en 2009, que lo fue por unanimidad.

Desde el Grupo Parlamentario Socialista tenemos la convicción de que la actuación del Gobierno en funciones, así como del que eventualmente pueda constituirse en esta legislatura, debería mantener el máximo consenso parlamentario en torno a las iniciativas puestas en marcha, pero el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, en funciones, está realizando propuestas de carácter internacional de profundo calado sin que las mismas pasen por sede parlamentaria previamente. Los grupos parlamentarios y el Congreso de los Diputados   -como tal- están siendo claramente orillados en las propuestas que se están realizando en Naciones Unidas sobre el asunto de Gibraltar.

Iniciativas que, como la antes citada, junto a la irrenunciable reclamación de la soberanía española sobre Gibraltar, no han perdido de vista el impulso del proceso de cooperación de en beneficio de las poblaciones locales del Campo de Gibraltar, mediante mecanismos de dialogo que, sin cuestionar las posiciones sobre la soberanía y jurisdicción sobre Gibraltar permitan mantener una buenas relaciones con las autoridades y la población de Gibraltar, intensificar la cooperación en los ámbitos de vigilancia y control de la seguridad marítima, los vertidos o el suministro de combustible barco a barco (bunkering), resolver los problemas de convivencia que a uno y otro lado de la verja puedan darse y velar por los intereses de los miles de ciudadanos y ciudadanas españoles que trabajan en Gibraltar o cuyo sustento depende de las relaciones con dicho territorio.

Por todo ello, el Grupo Parlamentario Socialista presenta para su debate y aprobación en el Pleno del Congreso de los Diputados la siguiente

Proposición No de Ley y  por  ello se insta al Gobierno a:

1. Establecer un marco institucional consensuado para lograr una estrategia de Estado sobre Gibraltar. Es intolerable que el Congreso de los Diputados conozca las líneas de acción del Gobierno sobre esta cuestión por los medios de comunicación. Es obligado encontrar en Democracia el consenso entre todos los grupos parlamentarios para abordar este asunto.

2. Utilizar el marco del Congreso de los Diputados como lugar necesario para establecer un consenso básico sobre cuál es la posición de España respecto a Gibraltar

3. Establecer un plan de acción que desactive el actual  bloqueo institucional y de relaciones entre Reino Unido y España sobre la cuestión de Gibraltar.

4. Impulsar las negociaciones con el Reino Unido sobre la soberanía de Gibraltar, de acuerdo con las Resoluciones y Decisiones pertinente de las Naciones Unidas.

5. Mantener y reforzar el consenso parlamentario sobre la posición de España respecto a la cuestión de Gibraltar y respecto las iniciativas que se tomen al respecto, sin llevar a cabo acciones, de manera unilateral, que puedan condicionar en un futuro la posición negociadora de España.6.

6. Que, sin perjuicio de la firmeza en la reivindicación de la soberanía española sobre Gibraltar, las acciones y actitudes del Gobierno  velen siempre por los intereses y el bienestar de los miles de ciudadanos y ciudadanas españoles que trabajan en Gibraltar o cuyos negocios y trabajos depende de la relación de con dicho territorio.

7. Reforzar los foros de dialogo y cooperación existentes entre las distintas instituciones con competencias en la zona (Junta de Andalucía, Diputación Provincial de Cádiz, ayuntamientos del Campo de Gibraltar) y las asociaciones y agentes sociales de las zonas afectadas.

8. Mantener e impulsar un dialogo fluido con las autoridades gibraltareñas destinado al establecimiento de mecanismo de diálogo y cooperación con Gibraltar y sus autoridades en beneficio de las localidades del Campo de Gibraltar, y de la gestión eficaz de ámbitos como la vigilancia y control de la seguridad marítima, los vertidos, el abastecimiento de combustible barco a barco, o de los diversos problemas de convivencia que pudieran darse».

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